sábado, 10 de junio de 2017

LA RESERVA DEL SAMARIO. POR: YOHIR AKERMAN

LA RESERVA DEL SAMARIO. POR: YOHIR AKERMAN

El 24 de septiembre de 2011 murió a sus 66 años el señor Raúl Montoya Flórez, un empresario del licor que escogió Santa Marta para desarrollar sus negocios y su vida familiar.

Murió en su ley siendo el distribuidor exclusivo de Aguardiente Antioqueño para el Magdalena y, como algunos difuntos, se llevó consigo respuestas a importantes preguntas que tienen que ver con su relación con el expresidente Álvaro Uribe Vélez.

Vamos por partes.

Como cuenta el libro ChuzaDAS de Julián Martínez, Montoya Flórez fue en el 2002 el codirector en Magdalena de la campaña presidencial “Mano Firme, Corazón Grande” de Uribe Vélez.

Su par en la codirección de la campaña era nada más ni nada menos que Jorge Noguera Cotes, posterior director del DAS que, una vez al mando de la entidad de seguridad e inteligencia, contrató a María Claudia Montoya, la hija de Montoya Flórez, como asesora internacional del organismo. (Ver Página 22 del libro ChuzaDAS)

Una corbata.

Otra de las primeras designaciones que hizo Noguera como director del DAS fue la elección del ingeniero Rafael Enrique García Torres, como jefe de informática, quien también era oriundo de Santa Marta y también había trabajado en la campaña de Uribe en Magdalena como asesor de tecnología.

Los samarios funcionaron.

Cuando estalló el primer escándalo del DAS en 2005 por la filtración del  paramilitarismo al interior del organismo, Rafael García encendió un ventilador que reveló, entre otros hechos, que en ese departamento se realizó un fraude electoral gracias a la alianza con las AUC.

Rafael García contó cómo entre el bloque Norte de las Autodefensas, su jefe Jorge 40 y la campaña de Uribe en el Magdalena estructuraron un plan para las parlamentarias y presidenciales de 2002, estrategia que le significó al candidato Uribe Vélez más de 337 mil votos en Cesar, Córdoba, La Guajira y Magdalena. (Ver Fraude)

El presidente Uribe ganó las elecciones de 2002 en primera vuelta con el 53% de la votación obteniendo 5.862.655 votos, mientras que su par, Horacio Serpa, alcanzó 3.514.779, el 31% de los votos válidos. Si al resultado logrado por Uribe se le restaran los 337.085 sufragios que sacó en Cesar, Córdoba, La Guajira y Magdalena, hubiese tenido que ir a segunda vuelta para disputar la presidencia con Serpa. (Ver página 26 de ChuzaDAS)

No es un tema menor.

Fue en la campaña de Raúl Montoya Flórez y Jorge Noguera Cotes donde se estructuró asa alianza con el bloque Norte de las AUC que llevó al expresidente Uribe a ganar en primera vuelta. Así como se oye.

Para la reelección de Uribe en 2006 Montoya Flórez repitió su trabajo en la campaña del Magdalena, pero en esta ocasión le tocó renunciar por un escandalo que le estalló en las manos y que resultó en que la Embajada de Estados Unidos le quitara la visa al empresario del licor. (Ver Sin Visa)

En ese momento se conoció que Montoya Flórez, entre abril y noviembre de 1986, había recibido cinco cheques por 56 millones de pesos de la cuenta del cambista del Cartel de Medellín, Luis Carlos Molina Yepes, dueño de la empresa Comfirmesa S.A. (Ver Relación)

Esto es importante ya que de la cuenta de Molina Yepes se giró la plata para pagarle a los sicarios que cometieron el magnicidio de Guillermo Cano Isaza, el director de El Espectador, perpetrado el 17 de diciembre de 1986, por órdenes del narcotraficante Pablo Escobar Gaviria.

Ahora bien, como he contado en pasadas columnas, según algunos registros de Cámara de Comercio de Comfirmesa, el expresidente Uribe Vélez figuró como miembro de la Junta Directiva de esa compañía durante 1983 junto al tenebroso empresario Molina Yepes. (Ver Con firmeza)

Cuando estalló todo el escándalo de la relación y transacciones de dinero entre Molina Yepes y Montoya Flórez, el expresidente Uribe Vélez hizo lo que mejor sabe hacer, y es salir en defensa de los buenos muchachos pese a que las pruebas demostraban que estos dos eran personas del círculo íntimo del Cartel de Medellín. ¿Por qué será?

@yohirakerman

akermancolumnista@gmail.com

CON FIRMEZA. POR: YOHIR AKERMAN

El 17 de septiembre de 2014, el Congreso de la República le hizo un debate al expresidente Álvaro Uribe Vélez por sus vínculos con el paramilitarismo y el narcotráfico.

El expresidente, como de costumbre, no respondió mucho y más bien se dedicó a atacar a sus inquisidores.

Una de las acusaciones más preocupantes fue sobre su relación con Luis Carlos Molina Yepes, señalado socio del capo Pablo Escobar Gaviria del cartel de Medellín, y el único autor intelectual que fue capturado del atroz homicidio de Guillermo Cano, el 17 de diciembre de 1986.

El 22 de septiembre de 2014 publiqué una columna en El Colombiano titulada Comfirmesa S.A. en la que se ahonda sobre la relación de Molina Yepes y Uribe Vélez.

La columna cuenta que el capo Molina Yepes fue detenido en 1988, luego de que se estableciera que él fue la persona que controlaba la cuenta corriente 005-21826-8 del Banco de Crédito y Comercio de la cual salió el cheque con el que se pagaron los sicarios del magnicidio del director de El Espectador.

En la indagatoria el narcotraficante se describió como un promotor de negocios de propiedad raíz, comisiones, cambio de moneda extranjera, cambio de cheques e importador de licores. Una mansa paloma.

Pero después aceptó que todos los capos del cartel de Medellín cambiaban cheques en una de sus compañías para hacer lavado de dinero, lo que lo hizo muy cercano a Pablo Escobar Gaviria.

Esta información fue después verificada por el confeso narcoterrorista John Jairo Velásquez, alias “Popeye”, hoy en día en libertad.

La empresa cambista de los cheques del Cartel de Medellín era una sociedad que fue formalizada en la Notaría 14 de esa ciudad, el 11 de diciembre de 1981, bajo el nombre de Grupo de Finanzas, Inversiones, Mercadeo, Servicios y Asesorías, Firme S. A. que después modificó su nombre a Comfirmesa S.A. (Ver Sociedad Notaría 14)

Como conté en la columna del 2014, según los documentos de Cámara de Comercio de la empresa y las escrituras públicas notariadas, Molina Yepes controlaba el 96% de la compañía. Sin embargo, entre los principales socios también llegó a figurar en ciertos periodos Carlos Alberto Gaviria, hermano del hoy senador José Obdulio Gaviria y primo hermano de Pablo Escobar Gaviria. (Ver Hermano de José Obdulio Gaviria)

Un negocio familiar.

Los documentos también muestran que el expresidente Uribe fue miembro de la Junta Directiva de Comfirmesa S.A. durante 1983, época en la que estaba en pleno auge el cartel de Medellín. Así como se oye. (Ver Nombramiento de Junta Directiva)

En defensa a esta acusación, el expresidente Uribe publicó una carta con fecha del 3 de mayo de 1983 en la que rechaza su nombramiento en la Junta Directiva de esta empresa que, posteriormente, se comprobó se dedicaba al lavado de dinero del Cartel de Medellín.

Ahora bien, las actas de socios, notariadas, de esta compañía, muestran a Uribe Vélez como miembro principal durante 1983 y también lo hace la Cámara de Comercio de Medellín No. 088633 con fecha de 19 de septiembre de 1983, más de cuatro meses después, en la que también figura Luis Carlos Molina Yepes como miembro suplente de la Junta Directiva.

Es cierto que a los directivos de Comfirmesa S.A. se les puede haber pasado la carta del expresidente, o hayan decidido dejarlo en los estatutos de la Junta Directiva pese a haber recibido la negativa. Puede ser.

Pero eso no explica el por qué el expresidente Uribe en su carta, que él mismo publicó, se refiere a la “vieja amistad” que los une, y se despide en la carta “reiterando la expresión de amistad y aprecio”. (Ver Carta de Uribe)

De nuevo, estos son narcotraficantes y lavadores de dinero con los que el expresidente, en su carta, confiesa una vieja amistad y más preocupante, aprecio.

Posteriormente, el 14 de diciembre de 2014, el periodista Julián Martínez de Noticias Uno le preguntó al expresidente Uribe en la entrada del Senado sobre la relación con Molina Yepes. (Ver Video)

La respuesta del expresidente Uribe fue la de siempre: ataques al interrogador.

Martínez ha sido un juicioso periodista investigativo en Noticias Uno que ha hecho varias denuncias importantes.

En uno de sus más recientes informes, basado en un documento de la Contraloría, Martínez reveló que la finca El Uberrimo del expresidente Uribe recibió subsidios por más de 3.000 millones de pesos provenientes del programa Agro Ingreso Seguro para el sistema de drenaje y riego de su propiedad. (Ver Uribe se benefició con subsidios pagados por su gobierno)

Lindo.

La respuesta del expresidente fue la de siempre, ataques con falsedades al periodista, esta vez diciendo que Martínez pertenecía a las Farc. Lo mismo ha pasado sistemáticamente con el investigador Daniel Coronell a quien lo acusa falazmente de ser extraditable, al periodista Daniel Samper Ospina a quién llamó bandido, o conmigo, calumniándome con ser militante de la guerrilla del ELN. Falso.

Hay que decirlo con firmeza: no se puede volver normal que un expresidente amedrente y calumnie a la prensa que se atreve a investigarlo. No. Lo que está en juego con esto es la vida de los periodistas y, en el fondo, la libertad de prensa que es una piedra angular del funcionamiento de la democracia. Esto tiene que parar.

Tomado de www.elespectador.com

@yohirakerman. akermancolumnista@gmail.com. 27 May 2017 - 7:20 PM

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