LA RESERVA DEL
SAMARIO. POR: YOHIR AKERMAN
El
24 de septiembre de 2011 murió a sus 66 años el señor Raúl Montoya Flórez, un
empresario del licor que escogió Santa Marta para desarrollar sus negocios y su
vida familiar.
Murió
en su ley siendo el distribuidor exclusivo de Aguardiente Antioqueño para el
Magdalena y, como algunos difuntos, se llevó consigo respuestas a importantes
preguntas que tienen que ver con su relación con el expresidente Álvaro Uribe
Vélez.
Vamos
por partes.
Como
cuenta el libro ChuzaDAS de Julián Martínez, Montoya Flórez fue en el 2002 el
codirector en Magdalena de la campaña presidencial “Mano Firme, Corazón Grande”
de Uribe Vélez.
Su
par en la codirección de la campaña era nada más ni nada menos que Jorge
Noguera Cotes, posterior director del DAS que, una vez al mando de la entidad
de seguridad e inteligencia, contrató a María Claudia Montoya, la hija de
Montoya Flórez, como asesora internacional del organismo. (Ver Página 22 del
libro ChuzaDAS)
Una
corbata.
Otra
de las primeras designaciones que hizo Noguera como director del DAS fue la
elección del ingeniero Rafael Enrique García Torres, como jefe de informática,
quien también era oriundo de Santa Marta y también había trabajado en la
campaña de Uribe en Magdalena como asesor de tecnología.
Los
samarios funcionaron.
Cuando
estalló el primer escándalo del DAS en 2005 por la filtración del paramilitarismo al interior del organismo,
Rafael García encendió un ventilador que reveló, entre otros hechos, que en ese
departamento se realizó un fraude electoral gracias a la alianza con las AUC.
Rafael
García contó cómo entre el bloque Norte de las Autodefensas, su jefe Jorge 40 y
la campaña de Uribe en el Magdalena estructuraron un plan para las
parlamentarias y presidenciales de 2002, estrategia que le significó al
candidato Uribe Vélez más de 337 mil votos en Cesar, Córdoba, La Guajira y
Magdalena. (Ver Fraude)
El
presidente Uribe ganó las elecciones de 2002 en primera vuelta con el 53% de la
votación obteniendo 5.862.655 votos, mientras que su par, Horacio Serpa,
alcanzó 3.514.779, el 31% de los votos válidos. Si al resultado logrado por
Uribe se le restaran los 337.085 sufragios que sacó en Cesar, Córdoba, La
Guajira y Magdalena, hubiese tenido que ir a segunda vuelta para disputar la
presidencia con Serpa. (Ver página 26 de ChuzaDAS)
No
es un tema menor.
Fue
en la campaña de Raúl Montoya Flórez y Jorge Noguera Cotes donde se estructuró
asa alianza con el bloque Norte de las AUC que llevó al expresidente Uribe a
ganar en primera vuelta. Así como se oye.
Para
la reelección de Uribe en 2006 Montoya Flórez repitió su trabajo en la campaña
del Magdalena, pero en esta ocasión le tocó renunciar por un escandalo que le
estalló en las manos y que resultó en que la Embajada de Estados Unidos le
quitara la visa al empresario del licor. (Ver Sin Visa)
En
ese momento se conoció que Montoya Flórez, entre abril y noviembre de 1986,
había recibido cinco cheques por 56 millones de pesos de la cuenta del cambista
del Cartel de Medellín, Luis Carlos Molina Yepes, dueño de la empresa
Comfirmesa S.A. (Ver Relación)
Esto
es importante ya que de la cuenta de Molina Yepes se giró la plata para pagarle
a los sicarios que cometieron el magnicidio de Guillermo Cano Isaza, el
director de El Espectador, perpetrado el 17 de diciembre de 1986, por órdenes
del narcotraficante Pablo Escobar Gaviria.
Ahora
bien, como he contado en pasadas columnas, según algunos registros de Cámara de
Comercio de Comfirmesa, el expresidente Uribe Vélez figuró como miembro de la
Junta Directiva de esa compañía durante 1983 junto al tenebroso empresario
Molina Yepes. (Ver Con firmeza)
Cuando
estalló todo el escándalo de la relación y transacciones de dinero entre Molina
Yepes y Montoya Flórez, el expresidente Uribe Vélez hizo lo que mejor sabe
hacer, y es salir en defensa de los buenos muchachos pese a que las pruebas
demostraban que estos dos eran personas del círculo íntimo del Cartel de
Medellín. ¿Por qué será?
@yohirakerman
akermancolumnista@gmail.com
CON FIRMEZA. POR:
YOHIR AKERMAN
El
17 de septiembre de 2014, el Congreso de la República le hizo un debate al
expresidente Álvaro Uribe Vélez por sus vínculos con el paramilitarismo y el
narcotráfico.
El
expresidente, como de costumbre, no respondió mucho y más bien se dedicó a
atacar a sus inquisidores.
Una
de las acusaciones más preocupantes fue sobre su relación con Luis Carlos
Molina Yepes, señalado socio del capo Pablo Escobar Gaviria del cartel de
Medellín, y el único autor intelectual que fue capturado del atroz homicidio de
Guillermo Cano, el 17 de diciembre de 1986.
El
22 de septiembre de 2014 publiqué una columna en El Colombiano titulada
Comfirmesa S.A. en la que se ahonda sobre la relación de Molina Yepes y Uribe
Vélez.
La
columna cuenta que el capo Molina Yepes fue detenido en 1988, luego de que se
estableciera que él fue la persona que controlaba la cuenta corriente
005-21826-8 del Banco de Crédito y Comercio de la cual salió el cheque con el
que se pagaron los sicarios del magnicidio del director de El Espectador.
En
la indagatoria el narcotraficante se describió como un promotor de negocios de
propiedad raíz, comisiones, cambio de moneda extranjera, cambio de cheques e
importador de licores. Una mansa paloma.
Pero
después aceptó que todos los capos del cartel de Medellín cambiaban cheques en
una de sus compañías para hacer lavado de dinero, lo que lo hizo muy cercano a
Pablo Escobar Gaviria.
Esta
información fue después verificada por el confeso narcoterrorista John Jairo
Velásquez, alias “Popeye”, hoy en día en libertad.
La
empresa cambista de los cheques del Cartel de Medellín era una sociedad que fue
formalizada en la Notaría 14 de esa ciudad, el 11 de diciembre de 1981, bajo el
nombre de Grupo de Finanzas, Inversiones, Mercadeo, Servicios y Asesorías,
Firme S. A. que después modificó su nombre a Comfirmesa S.A. (Ver Sociedad
Notaría 14)
Como
conté en la columna del 2014, según los documentos de Cámara de Comercio de la
empresa y las escrituras públicas notariadas, Molina Yepes controlaba el 96% de
la compañía. Sin embargo, entre los principales socios también llegó a figurar
en ciertos periodos Carlos Alberto Gaviria, hermano del hoy senador José
Obdulio Gaviria y primo hermano de Pablo Escobar Gaviria. (Ver Hermano de José
Obdulio Gaviria)
Un
negocio familiar.
Los
documentos también muestran que el expresidente Uribe fue miembro de la Junta
Directiva de Comfirmesa S.A. durante 1983, época en la que estaba en pleno auge
el cartel de Medellín. Así como se oye. (Ver Nombramiento de Junta Directiva)
En
defensa a esta acusación, el expresidente Uribe publicó una carta con fecha del
3 de mayo de 1983 en la que rechaza su nombramiento en la Junta Directiva de
esta empresa que, posteriormente, se comprobó se dedicaba al lavado de dinero
del Cartel de Medellín.
Ahora
bien, las actas de socios, notariadas, de esta compañía, muestran a Uribe Vélez
como miembro principal durante 1983 y también lo hace la Cámara de Comercio de
Medellín No. 088633 con fecha de 19 de septiembre de 1983, más de cuatro meses
después, en la que también figura Luis Carlos Molina Yepes como miembro
suplente de la Junta Directiva.
Es
cierto que a los directivos de Comfirmesa S.A. se les puede haber pasado la
carta del expresidente, o hayan decidido dejarlo en los estatutos de la Junta
Directiva pese a haber recibido la negativa. Puede ser.
Pero
eso no explica el por qué el expresidente Uribe en su carta, que él mismo
publicó, se refiere a la “vieja amistad” que los une, y se despide en la carta
“reiterando la expresión de amistad y aprecio”. (Ver Carta de Uribe)
De
nuevo, estos son narcotraficantes y lavadores de dinero con los que el
expresidente, en su carta, confiesa una vieja amistad y más preocupante,
aprecio.
Posteriormente,
el 14 de diciembre de 2014, el periodista Julián Martínez de Noticias Uno le
preguntó al expresidente Uribe en la entrada del Senado sobre la relación con
Molina Yepes. (Ver Video)
La
respuesta del expresidente Uribe fue la de siempre: ataques al interrogador.
Martínez
ha sido un juicioso periodista investigativo en Noticias Uno que ha hecho
varias denuncias importantes.
En
uno de sus más recientes informes, basado en un documento de la Contraloría,
Martínez reveló que la finca El Uberrimo del expresidente Uribe recibió
subsidios por más de 3.000 millones de pesos provenientes del programa Agro
Ingreso Seguro para el sistema de drenaje y riego de su propiedad. (Ver Uribe
se benefició con subsidios pagados por su gobierno)
Lindo.
La
respuesta del expresidente fue la de siempre, ataques con falsedades al
periodista, esta vez diciendo que Martínez pertenecía a las Farc. Lo mismo ha
pasado sistemáticamente con el investigador Daniel Coronell a quien lo acusa
falazmente de ser extraditable, al periodista Daniel Samper Ospina a quién
llamó bandido, o conmigo, calumniándome con ser militante de la guerrilla del
ELN. Falso.
Hay
que decirlo con firmeza: no se puede volver normal que un expresidente
amedrente y calumnie a la prensa que se atreve a investigarlo. No. Lo que está
en juego con esto es la vida de los periodistas y, en el fondo, la libertad de
prensa que es una piedra angular del funcionamiento de la democracia. Esto
tiene que parar.
Tomado
de www.elespectador.com
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