ANTE LA DUDA… SÍ.
POR: RODRIGO UPRIMNY
Algunos
consideraron inconsistente que María Isabel Rueda, quien ha expresado críticas
severas al proceso de paz, haya decidido votar afirmativamente el plebiscito.
Pero
no es contradictorio que uno exprese objeciones, incluso severas, al acuerdo de
paz y sin embargo vote Sí, pues la decisión en este plebiscito es global y
compleja ya que, como lo explico más sistemáticamente en mi blog en La Silla
Vacía, entran en juego al menos tres factores: i) los beneficios y costos de la
paz negociada, ii) los beneficios y costos del acuerdo de paz como un todo
inescindible, y iii) el efecto probable del resultado del plebiscito.
Ninguno
de esos puntos es matemático e incontrovertible, y está condicionado por
emociones y perspectivas ideológicas, lo cual explica muchas de nuestras
discrepancias e incertidumbres. Pero como ciudadanos debemos esforzarnos por
hacer ese examen con conocimiento y a conciencia, por la importancia de este
plebiscito. Y Rueda hizo la tarea.
Concluyó
que la desmovilización de las Farc era positiva en términos de orden público,
aunque no debía ser sobreestimada. Valoró negativamente puntos importantes del
acuerdo; en especial le parece que las sanciones para los crímenes de las Farc
no son proporcionadas al sufrimiento ocasionado. Consideró finalmente que el
camino del No es inútil pues, contrariamente a lo sostenido por el uribismo, le
parece inviable la renegociación del acuerdo. Y por ello concluyó que, a pesar
de sus reticencias al acuerdo, votaría afirmativamente el plebiscito, porque el
No “nos deja en el pasado” y el Sí puede ser “la primera piedra de una futura
Colombia en construcción”.
Mi
voto por el Sí es más entusiasta que el de Rueda, que es más escéptico, porque
valoro más positivamente el logro de una paz negociada y porque considero que
el acuerdo, sin ser perfecto (pero ningún pacto de paz lo es) es bueno.
Discrepo entonces de Rueda en esas dos valoraciones, pero comparto su análisis
sobre la inutilidad del No. Como ella, no creo viable una renegociación con las
Farc, por lo cual, el No conduce a un callejón sin salida y a un probable
retorno del conflicto armado con las Farc. Y comparto igualmente su metodología
implícita de decisión: debemos hacer una valoración global que tome en cuenta
los beneficios de la paz, la calidad del acuerdo y el efecto del plebiscito.
Estos
apoyos críticos al plebiscito, como el de Rueda, pueden implicar una enseñanza para
muchos indecisos. Si el No es inútil para lograr un mejor acuerdo y existe en
cambio una oportunidad difícilmente repetible de lograr una paz negociada con
las Farc, entonces uno debería aplicar una especie de presunción a favor del Sí
pues la paz es deseable. En caso de duda, uno debería optar por el futuro y
votar Sí, y sólo optar por el No en caso de que la valoración del acuerdo sea
tan negativa que justifique los riesgos del retorno de la guerra y de quedar
atados al pasado. En caso de duda, uno debería ser lennonista (distinto de
leninista) y, como en la canción de John Lennon, “darle una oportunidad a la
paz”.
*
Investigador de Dejusticia y profesor de la Universidad Nacional.
@RodrigoUprimny
17
SEP 2016 - 9:00 PM. Tomado de www.elespectador.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario