EL TELETRABAJO LLEGÓ
PARA QUEDARSE… ¡Y LA BAJADA DE SUELDO TAMBIÉN!
La pandemia se va a
prestar en muchos casos para mejorarles la vida a unos, y para abusar de muchos
otros. ¿Saben cuántas empresas van a restablecer los salarios?
POR:
MARIA CLARA GRACIA | ABRIL 29, 2020
Como dijo un
compañero de trabajo, las empresas, sobre todo las muy grandes y las
transnacionales, andan “relamiéndose los bigotes”. Si bien es cierto que, como
a todo el mundo, la pandemia las ha afectado, también es cierto que tienen el
músculo financiero para soportar el hecho de dejar de ganar y recuperarse; de
pronto lentamente, pero así será. ¿Y por qué digo que se están relamiendo los
bigotes? Porque la pandemia les dejó ver que con el teletrabajo se ahorran
muchísimo de los gastos de operación y más.
Hay que decir que el
teletrabajo les está funcionando a las dos partes, empleador y empleado; a este
último, en términos económicos (ahorro de gasolina, transporte y tiempo de
desplazamiento), aunque por otro lado se le hayan trasladado los gastos de
operación a la casa. “Todo el mundo está viendo esto como novedoso, pero la
verdad es que la ley lo contempla desde hace doce años. Ya existía en la
legislación, pero las empresas no lo habían visto tan útil y tan cerca”, dice
el prestigioso abogado laboralista Dr. Camilo Cuervo, quien advierte que “las
cosas van mucho más allá de trastear el computador para la casa”. Claro, nada
les había evidenciado los impresionantes ahorros que se están dando para las
compañías, como contrapeso a la falta de ingresos por cuenta de esta situación.
Es que mover una
empresa no solo incluye cosas tan obvias como el sueldo y el arriendo o
construcción de oficinas. Los gastos pasan por cosas que no se perciben como el
parqueadero, y llegan hasta las que parecen pequeñas, pero que suman mucho,
como por ejemplo el tinto que se toma en el pasillo; ir al baño que implica
descargar el agua, lavarse y secarse las manos, la luz de secarse el pelo y
hasta el papel higiénico que “de cuando en vez” se llevan algunos para la casa,
o la impresión de las tareas de los hijos en la oficina y a costillas de las
empresas… sí, no todos, pero así es. Y eso que las llamadas internacionales ya
prácticamente no se dan por cuenta de la gratuidad de las plataformas que las
ofrecen, o si no, el asunto sería mucho más notorio.
“El Gobierno no
estaba preparado, como no lo estaba nadie, y desde una excepción se inventó la
figura ‘trabajo en casa’, que evita que los empleadores en esta urgencia tengan
que cumplir con las condiciones que exige la ley: reportarle el hecho a la ARL,
definir cómo se manejan las herramientas de trabajo, la evaluación de la
seguridad y la salud laborando desde la casa, revisar el domicilio y que el
trabajador tenga los elementos y las condiciones para hacerlo. Sin embargo, eso
no se puede quedar así; hay que reglamentarlo”, dice el abogado laboralista.
Otro fenómeno que
está comenzando a percibirse es el de la reducción de los sueldos. Dura para
todo el mundo, pero podría decirse que el coronavirus llegó para aplanar la
escala salarial. Los sueldos exorbitantes están en todos los sectores. Un buen
ejemplo de disminuir salarios lo exhibe la industria petrolera, que lo hizo en
la crisis que enfrentó en 2014. El Dr. Cuervo cuenta que “el mercado se ajustó
porque tenían sueldos sobredimensionados como los de los futbolistas, por eso
este sector no está tan preocupado ni tan asustado con el precio del petróleo,
porque ya hicieron antes el ejercicio”. Igual sucedió un poco más atrás con el
sector bancario, a finales del 2000, en su propia crisis.
¿Saben cuánto tiempo
tiene que pasar para que las empresas se recuperen y puedan restablecer los
salarios, si realmente tienen la intención? Pago por ver
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