sábado, 3 de junio de 2017

FALSEAR NOTICIAS O DESCUBRIR LA VERDAD. POR: RICARDO TROTTI

FALSEAR NOTICIAS O DESCUBRIR LA VERDAD. POR: RICARDO TROTTI
Acorralado por el “Rusiagate” y las filtraciones de los propios funcionarios de la Casa Blanca a la prensa, Donald Trump no tardó en poner de nuevo las noticias falsas sobre la mesa.

Resquebrajada su confianza interna, amenazó con cárcel a los soplones, cambió hasta de mayordomo, y como Frank Underwood en House of Cards, buscó chivos expiatorios por doquier, entre ellos, a periodistas y medios de comunicación, a los que acusó de inventar noticias y conspiraciones.

Los soplones no son nuevos. Fueron siempre parte de la relación intrincada entre poder y prensa. Desde Richard Nixon a Barack Obama pasando por Bill Clinton los tuvieron que soportar, resistir y hasta encarcelar. En épocas de mayor crisis proliferan y es cuando los medios apelan a los “garganta profunda”, a sabiendas que las fuentes anónimas son el último recurso para descubrir la verdad.

Vale aclarar que las “verdaderas” noticias falsas siempre existieron. En los nacionalismos, las noticias falsas eran la estrategia de la propaganda, como repetir las mentiras que pregonaba Goebbels en el nazismo. En las dictaduras eran la “verdad oficial” que se instauraba por decreto y en los populismos son parte del relato para adulterar datos sobre pobreza o inflación. El periodismo tampoco está libre de ellas. Son el nutriente del sensacionalismo que nació hace más de un siglo.

El problema tiene ahora varios agravantes. El internet y las redes sociales las han exacerbado y sus fabricantes pueden conseguir jugosas ganancias. Sucedió con varios adolescentes de Veles, un pueblo de Macedonia. Crearon sitios de noticias falsas que viralizaron en redes sociales y buscadores, siendo favorecidos por los algoritmos de Facebook y Google, que les premiaron con publicidad y suculentos ingresos.

Advertidos del problema, trataron de enmendar la situación. Crearon estrategias de contención, aunque no todas exitosas. Ahora emergió una nueva moda de noticias falsas disfrazadas. Sus progenitores advierten en letra pequeña que son bromas, pidiendo a los usuarios que usen esos sitios para hacer chanzas, auto generándose un círculo de alta viralidad y rentabilidad.

Lo peligroso es que esta nueva forma de noticias falsas ha creado más bullying. Uno de esos sitios, channel23News.com, viralizó la noticia de que el restaurante británico, Karri Twist, vendía carne humana. Aunque a las pocas horas se advirtió la broma, los daños ya habían progresado.

El desafío es mayúsculo. Facebook y Google deberán hacer más para no premiar las mentiras, dejándolas huérfanas de toda publicidad y con dificultades para su propagación.

Los periodistas y medios tendrán que duplicar esfuerzos para hacer información de calidad. El cotejo de datos o el “fact checking” debe convertirse en un nuevo género periodístico, como me comentó Aaron Sharockman, director ejecutivo de PolitiFact, una organización dedicada a descubrir la verdad y confrontar al poder.

Ahora emergió una nueva moda de noticias falsas disfrazadas. Sus progenitores advierten en letra pequeña que son bromas (...)

Tomado de www.eluniversal.com. 3 de Junio de 2017 12:00 am



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