lunes, 22 de febrero de 2016

Educar a los educadores. Armando Montenegro

Educar a los educadores. Armando Montenegro
Tanto la experiencia internacional como los mejores estudios académicos muestran que una de las claves para mantener la calidad de la educación básica es la buena preparación de los maestros (también son cruciales otros factores como su motivación y su buen desempeño en los salones de clase).
Por: Armando Montenegro
En Colombia, infortunadamente, hay muchas deficiencias en esta materia. Los bachilleres con los peores resultados en las pruebas SABER son los que optan por la carrera del magisterio. Y la gran mayoría de quienes terminan las licenciaturas no exhiben los mínimos conocimientos ni el entrenamiento suficiente para enseñar. En las aulas se limitan a extender su ignorancia a los millones de jóvenes que asisten a las escuelas públicas, como bien lo registran los horribles puntajes de Colombia en pruebas internacionales como PISA.

Son múltiples las causas de la deplorable preparación de los maestros colombianos. La profesión de la docencia en nuestro medio, a diferencia de lo que ocurre en países con sistemas educativos de excelencia, tiene escaso prestigio y reconocimiento social. Por otra parte, además de atraer a los peores y más desmotivados alumnos, las licenciaturas que forman a los docentes tienen, por lo general, una bajísima calidad; poco o nada les enseñan a los futuros maestros. No debe sorprender entonces que ésta sea una de las causas de la crisis de la educación básica en el país.

La política educativa del Gobierno ha creado numerosos instrumentos para atacar este problema: (i) para atraer a los mejores bachilleres y elevar el nivel de los futuros profesores creó un cupo de 1.000 becas del programa Ser pilo paga en los buenos programas académicos; (ii) estableció 4.600 becas de maestría para mejorar la formación de los maestros que ya tienen alguna experiencia; (iii) aprobó un cupo de crédito de $50.000 millones para financiar la modernización de las instalaciones y equipos de las facultades de educación; (iv) buscando la mejoría de la calidad de las licenciaturas, el Plan de Desarrollo ordenó la acreditación de las programas que forman a los docentes (se trata de eliminar los establecimientos de garaje que reparten con facilidad y rapidez sus títulos).

De acuerdo con este mandato del Plan de Desarrollo, la ministra Gina Parody acaba de imponer varias exigencias para la acreditación de las licenciaturas: (i) esas carreras ya no podrán ser exclusivamente virtuales; tendrán que ser presenciales en, al menos, 50 de sus 130 créditos; (ii) los futuros profesores deben cumplir con un programa mínimo de prácticas en los salones de clase (hoy en día muchos de los nuevos profesores se enfrentan sin ninguna experiencia a sus alumnos); (iii) los nuevos profesores de inglés deben demostrar, mediante pruebas internacionales, que hablan y escriben en ese idioma (muchos profesores de esta materia se defienden escasa y únicamente en español y sus alumnos no aprenden nada de inglés).

Probablemente estas medidas no serán suficientes para producir una mejoría dramática en la calidad de los maestros de Colombia en el corto plazo. Pero sí constituyen un avance notable en la dirección correcta, bien diseñado y articulado dentro de una política ambiciosa y coherente. Merece el reconocimiento y el apoyo de la comunidad educativa y de todas las personas interesadas en la mejoría de la educación básica en el país.


TOMADO DE ELESPECTADOR.COM

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