lunes, 31 de julio de 2017

ENGAÑOS, ADULACIONES Y ODIOS - URIBE Y EL REY LEAR. POR, AZRIEL BIBLIOWICZ

ENGAÑOS, ADULACIONES Y ODIOS

URIBE Y EL REY LEAR. POR, AZRIEL BIBLIOWICZ *

Shakespeare lo advirtió: las mentiras sistemáticas y la locura no permiten un final feliz y sólo conducen a la tragedia.

La tragedia del rey Lear comienza con un país unido, en donde el propio rey, ya viejo, opta por abdicar y dividirlo en tres territorios. Sostiene que desea entregarle a cada una sus hijas y yernos uno de ellos. Con un mapa al frente, para señalar cuál le corresponderá a cada una, pone como condición que sus hijas le manifiesten el amor que sienten hacia él y aquella cuya declaración sea la más convincente recibirá la mayor porción de tierra. Dos de sus hijas, Regan y Goneril, deciden participar de este juego hipócrita. Evidentemente, sus declaraciones de amor son zalameras y fingidas. Ahora bien, la menor de las tres, Cordelia, opta por no ser parte de este juego perverso y cuando le llega su turno, y Lear le dice: “¿qué puedes decir para obtener un tercio más opulento que tus hermanas?”, Cordelia responde:

“Nada, señor.

Lear: ¿Nada?

Cordelia: Nada.

Lear: Nada sale de nada. Vuelve a hablar”.

Por último, Cordelia explica que su amor es el de una hija hacia un padre y que ella también amará a su esposo cuando tenga uno.

Lear se enfurece ante la respuesta y termina por desheredarla y enviarla al exilio.

Esta escena dramática me recuerda la convención del Centro Democrático en la que todos los candidatos a la Presidencia por dicho partido giran alrededor del senador Uribe y hacen lo imposible por lisonjearlo, proporcionarle la mejor de sus sonrisas y ganar su favor. Por cierto, en el colmo de la marrullería, la candidata María del Rosario Guerra le promete que si es seleccionada por él como su elegida, el propio Uribe sería su vicepresidente.

Una promesa engañosa, porque de acuerdo con varios magistrados constitucionalistas esta acción no es posible según nuestra actual Carta Magna. Pero en este juego retorcido de adulaciones, como lo demuestra Cordelia, la verdad y sinceridad son lo de menos. Más aún, pueden resultar peligrosas.

Ahora bien, es importante tener en cuenta que al comienzo de la obra de teatro suponemos que Lear está cuerdo. No obstante, todo lo que dice y hace termina por ser una necedad. Por ello mismo, como bien lo explica el crítico Northrop Frye, la obra a ratos no resulta fácil de entender.

Por cierto, en el siglo XVII, la locura se consideraba cómica y un ejemplo de ello lo vemos en El Quijote. Pero para Shakespeare la locura no es cómica sino más bien trágica. Si observamos con cuidado las demandas de Lear a sus hijas, descubrimos que son inadmisibles y por ello tanto Regan como Goneril no se sorprenden ni con la cólera ni con la locura de Lear. Saben que Lear en medio de sus berrinches puede ser incontrolable y peligroso. Y estas rabietas también nos evocan las de Uribe, porque ni uno ni otro están dispuestos a ceder el poder a la hora de la verdad.

No es casual que las dos hermanas se vean obligadas a acabar con el ejército que conserva Lear y evitar con ello que, en medio de sus desquicios, termine por exiliarlas, como lo hizo con Cordelia. Las hermanas conspiran para que los cien caballeros o guerreros que acompañan permanentemente a Lear sean reducidos y en últimas eliminados, buscando que desaparezca el último bastión de fuerza que le queda al viejo rey. No es casual que las hijas hagan que Oswald, el mayordomo de Goneril, actúe como un agente provocador generando peleas, para justificar las acciones que llevarán a despojar a Lear de su ejército y poder.

En la llanura, bajo la fuerza de la tormenta y ya sin poder alguno, sin sus atributos de majestad, la locura crece y se exacerba para volverse evidente. Por ello Shakespeare hace que Lear se encuentre con Edgar, como si tuviera al frente un espejo. Edgar finge su locura. Lógicamente, surge la pregunta inevitable: ¿quién está más loco: el que finge o el que lo está de verdad?

En un momento conmovedor, el viejo Lear escucha a Edgar describir su locura, “donde el sucio demonio le ha llevado a través de fuego, a través de la llama, de la espada, del abismo, del pantano, de la ciénaga…”. Lear, después de oír la terrible diatriba de cómo el sucio demonio lo persigue, le pregunta con cierta ternura: “¿No han sido sus hijas las que lo han llevado a esta situación?”.

La demonización forma parte de la obra, y junto a Edgar invocan los demonios más antiguos del mundo inglés, como Flibbertigibbet. Lear también describe a sus hijas como demonios: “De la cintura para abajo son centauros, aunque sean mujeres por arriba”.

Es evidente que a los enemigos hay que demonizarlos. Por ello, vale la pena preguntar: cuando Uribe acusa al periodista Daniel Samper Ospina de violador de niños sin prueba alguna, ¿no lo está demonizando, como lo hace Lear con sus hijas?

Es importante comprender que en inglés la palabra fool también significa tonto, loco y bufón. Por ello, no es casual que el personaje del bufón, que probablemente es el más lúcido de la obra, le diga a Lear que ante su obstinación e incomprensión haría un buen bufón.

El profesor James Shapiro, en su libro El año de Lear, explica cómo la palabra inglesa que domina la época en que se escribe esta obra es equivocation. Por cierto, esta palabra inglesa predomina tanto en el texto del Rey Lear como en Macbeth. Y si bien tiene el mismo origen latino que nuestro término equivocación, equivocation en inglés se refiere a la equivocación premeditada, esa equivocación que busca engañar, la que aparenta ser lo que no es, la que transforma el sentido mismo de la realidad.

El hecho de que esta palabra se repita una y otra vez a lo largo de estas dos obras no es un azar. La tergiversación y la conspiración terminaron por ser parte integral de la época en la que se escribieron estos dos dramas. Y el paralelo, probablemente, en nuestro caso lo encontraríamos en el plebiscito y el triunfo del No, donde tanto Uribe como sus áulicos lograron distorsionar y desnaturalizar la realidad y desfigurar conceptos tan importantes como el de la identidad de género.

Odios inamovibles como los de Lear y Uribe fabrican toda una sarta de equivocations, en el sentido más shakesperiano de la palabra. La tragedia de Lear en gran parte tiene que ver con la mentira, las adulaciones y los odios que se aliñan a lo largo de la obra.

La historia de Lear, basada en una leyenda anónima del siglo VIII, en manos de Shakespeare resultó demasiado oscura, sin esperanza y dura de concebir. Por ello, cuando se presentó en los teatros, su final trágico y cruel pareció inaceptable. Por consiguiente, la versión distorsionada de Nahum Tate, en donde Cordelia termina casada con Edgar y Lear restaurado en su trono, predominó en las tablas por años. Pero Shakespeare no la escribió así. El bardo era consciente de que las mentiras sistemáticas y la locura no permiten ningún final feliz y sólo conducen a la tragedia. Por ello, Cordelia muere al final en la versión original y en la última escena vemos a Lear aullando de dolor con el cuerpo de su hija entre sus brazos, reconociendo que ya no volverá más y repitiendo:

“Nunca, nunca, nunca, nunca, nunca”.

Esta es una de las obras más tristes del canon shakesperiano, en donde la incertidumbre termina por llenar el mundo de ansiedad. Ojalá la comprendamos a tiempo.

* Experto en literatura anglosajona, fundador de la Maestría en Escrituras Creativas de la Universidad Nacional y autor de las novelas Migas de pan (Alfaguara) y El rumor del Astracán.

Cultura. 22 Jul 2017 - 9:18 PM. Tomado de www.elespectador.com

La democracia brasilera bajo ataque. Por, Leonardo Boff

La democracia brasilera bajo ataque

         

28/07/2017
Opinión
La propuesta clásica de toda democracia es: lo que interesa a todos, debe poder ser decidido por todos, ya sea directa o indirectamente por representantes. Como se deduce, la democracia no convive con la exclusión y la desigualdad, que es profunda en Brasil. 

La opinión de Pedro Demo, brillante sociólogo de la Universidad de Brasilia, en su Introducción a la sociología es acertada: «Nuestra democracia es una representación nacional de hipocresía refinada, repleta de leyes “bonitas”, pero hechas siempre en última instancia por la élite dominante para que la sirvan de principio a fin. Un político es alguien que se caracteriza por ganar mucho, trabajar poco, hacer negocios turbios, emplear a parientes y paniaguados, enriquecerse a costa de las arcas públicas y entrar en el mercado desde arriba… Si ligásemos democracia con justicia social, nuestra democracia sería su misma negación» (p. 330.333). 

No obstante, no desistimos de querer gestar una democracia enriquecida, especialmente a partir de los movimientos sociales de base, proclamando el ideal de una sociedad en la cual podamos caber todos, incluida la naturaleza. Será una democracia sin fin (Boaventura de Souza Santos), cotidiana, vivida en todas las relaciones: en la familia, la escuela, la comunidad, los movimientos sociales, los sindicatos, los partidos y, evidentemente, en la organización del Estado democrático de derecho, se acostumbra decir. Por tanto, se pretende una democracia más que delegaticia, que no empiece y termine en el voto, sino una democracia como modo de relación social inclusiva, como valor universal (N. Bobbio) y que incorpora los derechos de la naturaleza y de la Madre Tierra, de ahí una democracia ecológico-social. 

Este último aspecto, el ecológico-social, nos obliga a superar un límite interno en el discurso corriente de la democracia: el hecho de ser todavía antropocéntrica y sociocéntrica, es decir, centrada solamente en los seres humanos y en la sociedad. El antropocentrismo y el sociocentrismo suponen un reduccionismo. Pues el ser humano no es un centro exclusivo, ni tampoco la sociedad, como si todos los demás seres no entrasen en nuestra existencia, no tuviesen valor en sí mismos y solamente adquiriesen sentido y valor en cuanto ordenados al ser humano y a la sociedad. 

Ser humano y sociedad son un eslabón, entre otros, de la corriente de la vida. Sin las relaciones con la biosfera, con el medio-ambiente y con las condiciones físico-químicas previas no existen ni subsisten. Elementos tan importantes deben ser incluidos en nuestra comprensión de la democracia contemporánea en la era de la geo-sociedad naciente y de la concienciación ecológica y planetaria según la cual naturaleza, ser humano y sociedad están indisolublemente relacionados: poseen un mismo destino común, como bien se dice en la encíclica ecológica del Papa Francisco “cuidando de la Casa Común” y en la Carta de la Tierra. La perspectiva ecológico-social tiene además la virtud de insertar la democracia en la lógica general de las cosas. Hoy sabemos por las ciencias de la Tierra y de la vida que la ley básica que subyace a la cosmogénesis y a todos los ecosistemas es la cooperación de todos con todos, la sinergia, la simbiosis y la interrelación entre todos, no la victoria del más fuerte. 

Ahora bien, la democracia es el valor y el régimen de convivencia que mejor se adecúa a la naturaleza humana cooperativa y societaria. Aquello que está inscrito en su naturaleza es transformado en proyecto político-social consciente. Constituye el fundamento de la democracia: la cooperación, el respeto a los derechos y la solidaridad sin restricciones. Realizar la democracia significa avanzar más y más en el reino de lo específicamente humano. Significa religarse también más profundamente con la Tierra y con el Todo. 

Este es el ideal buscado. Sin embargo, en los días actuales estamos presenciando lo contrario: un ataque a la democracia a nivel mundial y nacional. El avance del neoliberalismo ultrarradical, que concentra cada vez más poder en poquísimos grupos, radicaliza el consumismo individualista y busca alinear a los demás países con la lógica del imperio norteamericano, solapa las bases de la democracia. El golpe parlamentario dado en Brasil se inscribe dentro de ese ideario. La Constitución y los derechos no cuentan ya, sino que se ha instaurado un régimen de excepción donde los jueces determinan la esfera de la política. Bien dice el analista político de la UFMG Juarez Guimarães: «Encuentro equivocado decir que Moro es un juez parcial cuando a decir verdad es un juez corrompido políticamente. Está ejerciendo su mandato de juez de forma partidaria, contra la Constitución y contra el pueblo brasilero».

Los golpistas han abandonado la democracia y la soberanía popular en favor del dominio puro y simple del mercado, de los rentistas y de la disminución del Estado. Eso ha sido denunciado recientemente por nuestro mejor estudioso de la democracia, Wanderley Guilherme dos Santos, en su libro, silenciado por los medios de comunicación empresariales, Democracia impedida, y por el analista político Juarez Guimarães, antes mencionado, en una entrevista publicada recientemente en Sul 21. 

Nadie puede prever lo que vendrá en los próximos tiempos. Si los golpistas llevasen hasta el fin su proyecto de privatizaciones radicales hasta el punto de desgraciar la vida de buena parte de la población, podríamos conocer revueltas sociales. En una perspectiva más positiva, tienen sentido las palabras del editor de Carta Capital, Mino Carta: «el golpe de una pandilla al servicio de la Casa Grande ha tenido la virtud de despertar la conciencia nacional». Cuidado: una vez despertada, esta conciencia puede desembarazarse de sus opresores y buscar otro camino.

2017-07-28

¿Por qué Venezuela?. Por, Andrés Piqueras

¿Por qué Venezuela?

         
28/07/2017
Opinión
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Foto: ALBATV
¿Por qué a Albert Rivera, a Rafael Antonio Hernando, a la jerarquía del PSOE y al conjunto de los medios de difusión masiva de España les preocupa tanto Venezuela?

¿Por qué no les preocupan los líderes sociales, campesinos, indígenas, que son asesinados todas las semanas en Honduras, tras el golpe de Estado que dieron allí y que España legitimó? ¿Por qué no les incumbe la violación sistemática de los derechos humanos que ocurre en Guatemala, Colombia, Perú, Paraguay (otro golpe de Estado mediante) o Panamá? ¿Por qué ni al señor Rivera, ni al señor Hernando ni a Pedro Sánchez les preocupa la salvajización social que lleva a cabo el Estado mexicano, incompatible con cualquier viso de democracia? ¿Por qué tampoco ni les hace pestañear el deterioro brutal de las condiciones de vida en Brasil y Argentina, tras los “golpes blandos” efectuados contra sus democracias?

En Chile hay decenas de presos políticos mapuches. En muchos países del mundo las cárceles están llenas de presos políticos (en otros lugares, como varios de los nombrados, no hay tantos presos políticos porque a los activistas sociales, a los disidentes, se les mata directamente). Pero a nuestra brutal elite política sólo le interesa uno: Leopoldo López. Una persona que en España estaría encausada incluso antes de la “Ley Mordaza” por incitar a la rebelión, a la sedición y al levantamiento militar contra el orden establecido. Y que, a diferencia de lo que podría hacer aquí, sigue lanzando mensajes de rebelión, sedición y levantamiento militar desde su arresto domiciliario (¡curiosa dictadura que permite eso!).

Venezuela es un país extraño, ha padecido históricamente un capitalismo parasitario y rentista, sostenido sobre un solo producto de exportación primario que impregnó todo el entramado social e institucional, conformando un Estado-petrolero proverbial, de esencia clientelar. Generó, en consecuencia, una población alienada en torno a la renta de aquel producto y sus actividades derivadas, así como una estructura económica ultradeformada, con una evolución anómala de las fuerzas productivas y de las consiguientes relaciones sociales de producción.

La herencia de esta economía no productiva ha sido una muy alta exclusión social, desempleo y pobreza extrema para grandes capas de la población. Pero entonces sus gobernantes eran “demócratas”, bien tratados por nuestros medios de destrucción cerebral masiva (también llamados “de comunicación”), y Carlos Andrés Pérez, que mató a su población a discreción, era amigo íntimo de Felipe González, el mismo que hoy llama veladamente al alzamiento militar contra Maduro.

Venezuela ha celebrado 19 elecciones en los últimos 15 años, con el sistema de recuento electoral “más avanzado del mundo”, según la Fundación Jimmy Carter.

La oposición, conocida como “escuálida” en Venezuela a tenor de sus 11 severas derrotas electorales seguidas, desde 1998 hasta el referéndum de diciembre de 2007, se apoya por supuesto en Estados Unidos y en el conjunto de instituciones y países capitalistas centrales, que tienen especial interés en destruir (una vez más) el proyecto bolivariano no sólo en Venezuela sino obviamente en el conjunto de América Latina. Entre sus fuerzas cuenta, ¿cómo no?, con el fervoroso apoyo de la neo-socialdemocracia internacional, y muy en concreto de la española, con palmarios y sustanciosos intereses en el país. También tiene de su parte la llamada “guerra de cuarta generación”, por la que medios de difusión nacionales e internacionales (entre los que ocupa un destacado papel el Grupo Prisa) se muestran en continua y ultra-agresiva campaña en contra de un gobierno legítimo que ha osado desafiar parcialmente los aparentemente intocables principios de la acumulación capitalista.

En conjunto, la estrategia opositora no por burda y manida es menos peligrosa. Se puede resumir como sigue. 1ª etapa: de ablandamiento empleando la guerra de 4ª generación (Operación desencanto). Desarrollo de matrices de opinión centradas en déficit reales o potenciales del proceso de transformación. Cabalgamiento de los conflictos y promoción del descontento. Promoción de factores de malestar, entre los que destacan: desabastecimiento, criminalidad, fuga de capital y manipulación del dólar paralelo, paro de transporte, parálisis de servicios esenciales. 2ª etapa: de deslegitimación. Impulso de campañas publicitarias en defensa de la “libertad de prensa”, “derechos humanos” y “libertades públicas”. Acusaciones de totalitarismo y pensamiento único. Fractura ético-política. 3ª etapa: de calentamiento de la calle. Fomento de la movilización de calle con amplios medios proporcionados por EE.UU. y la UE, entre otros. Elaboración de una plataforma de lucha que globalice las demandas políticas y sociales. Generalización de todo tipo de protestas, resaltando fallas y errores gubernamentales que han sido provocados por la propia guerra económica y social opositora. Organización de manifestaciones, trancas y tomas que radicalicen la confrontación, incluyendo asesinatos selectivos como ya ha ocurrido. 4ª etapa: de combinación de diversas formas de agresión (pacificas, violentas y armadas), acciones de calle y operaciones encubiertas. Organización de marchas y tomas de instituciones emblemáticas, con el objeto de coparlas y convertirlas en plataforma publicitaria. Desarrollo de operaciones de guerra psicológica y acciones armadas (con el invaluable apoyo de paramilitares colombianos) para justificar medidas represivas y crear un clima de ingobernabilidad. Impulso de campaña de rumores entre fuerzas militares y tratar de desmoralizar los organismos de seguridad. 5ª etapa: de fractura institucional. Sobre la base de las acciones callejeras, tomas de instituciones y pronunciamiento militares, se obliga a la renuncia del presidente. En caso de fracaso, se mantiene la presión de calle y se vira hacia la resistencia insurreccional. Preparación del terreno para una intervención militar extranjera o el desarrollo de una guerra civil prolongada. Promoción del aislamiento internacional y el cerco económico al país.

De las pruebas “democráticas” de la oposición burguesa venezolana hablan los (coordinados) furibundos y, a veces, mortíferos ataques a quienes han organizado actos en favor del proceso bolivariano en cualquier lugar del mundo.

Si la oposición venezolana tiene mayoría en el Parlamento hoy es porque ganaron las últimas elecciones legislativas (¡qué dictadura tan extraña la venezolana!). Pero no fueron elecciones presidenciales. Por eso sigue Maduro. Y lo que éste quiere llevar a cabo es un referéndum para hacer un nuevo proceso constituyente que avance en los logros democráticos del proceso bolivariano. Se podrá estar de acuerdo o no con la oportunidad del mismo, pero se trata sólo de votar.

Si tan segura está la oposición de sí misma, ¿por qué le tiene miedo a votar?

Cuando se tocan los privilegios y dispositivos de poder de la burguesía nacional y transnacional, por poco que sea, te conviertes en una malvada dictadura. No importa las elecciones que hagas. Todos los señores Rivera, Hernando y González del mundo te atacarán, mientras se dan abrazos con quienes de verdad destrozan sociedades (y mientras a menudo las versiones progres de nuestra política miran para otro lado cuando les preguntan por Venezuela, porque no se atreven a defender ni sus logros ni su importantísimo papel en la integración latinoamericana y en las luchas de los pueblos).

¿Qué haríamos aquí si alguien llamara a desconocer al gobierno salido de las urnas, a preparar un levantamiento social, a incitar al ejército a sublevarse? Fíjense la que está montando el Gobierno español sólo porque el Gobierno catalán ha llamado también a otra consulta popular.

¡Vivan los demócratas!

- Andrés Piqueras es Profesor de Sociología de la Universitat Jaume I de Castellón


http://www.alainet.org/es/articulo/187174

Corrupción y política en Colombia. Por, Pedro Santana Rodríguez

Corrupción y política en Colombia

         
28/07/2017
Opinión
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Durante los últimos meses se han destapado  innumerables casos de corrupción que la población colombiana ha percibido como la corrupción del sistema económico y político que bien se expresa en graffitis como el que reza que “la corrupción es el sistema”.

Algunos de los más notables tienen que ver con la trama de corrupción propiciada por la firma constructora brasilera Odebrecht. En casi todas sus obras y contratos se vienen destapando hechos de corrupción que involucran actores privados que fungían como sus aliados en este país,  así como actores políticos y funcionarios estatales principalmente ligados al gobierno nacional de turno y a los gobiernos regionales.

Esta trama de corrupción la puso en evidencia la Justicia Norteamericana desde finales del año 2016 en el marco de la investigación realizada en los Estados Unidos por los fiscales de la Corte del Distrito Este de New York, en contra de esta firma brasilera. Con datos concretos la Justicia norteamericana mostró que Odebrecht había girado recursos con destino a pagar coimas por 11.1 millones de dólares en Colombia. Un viceministro de transporte del Gobierno de Álvaro Uribe, Gabriel García Morales, se allanó a cargos y acepto haber recibido 6.5 millones de dólares para favorecer a la firma brasilera a ganar la licitación para la construcción de un tramo de la Ruta del Sol una vía de doble calzada que conecta al centro del país con la Costa Caribe.

También se han comprobado coimas para la adjudicación a esta misma firma de la vía Ocaña Gamarra en la que se han visto enredadas dos ministras de la actual administración que preside Juan Manuel Santos. Y allí no para la saga de irregularidades y hechos de corrupción también se investiga a esta misma firma por la adjudicación de una megaobra para optimizar la navegabilidad del rio Magdalena en que se comprometieron, además, recursos del Estado a través del Banco Agrario por 120 mil millones de pesos que como ha sido señalado se encuentran más que embolatados. Y en este debate se compromete la imparcialidad del propio fiscal General, Néstor Humberto Martínez, pues una de sus firmas privadas de abogados (tiene 20) habría conceptuado ante el Banco Agrario para que se otorgara este crédito como lo ha señalado el senador Jorge Enrique Robledo del opositor Polo Democrático Alternativo. Martínez solo se ha declarado impedido en la investigación del Otrosí que adjudico de manera directa el tramo de la vía Ocaña Gamarra. En el resto del proceso ha señalado que no se declarara impedido.

En esta investigación hay que mencionar que la iniciativa partió, como ya se señaló, de la Justicia Norteamericana y la Fiscalía Colombiana. Lo que ha hecho por la presión mediática y por la presión ciudadana y política es retomar esa investigación y avanzar sobre las pistas ya entregadas por la justicia norteamericana dado que hasta ahora la justicia brasilera no ha entregado el dossier sobre la corrupción de  Odebrecht en Colombia, pese a la solicitud de los organismos de la justicia colombiana a sus homólogos brasileros.

Ahora bien de los 11.1 millones de dólares se tiene claridad sobre los 6.5 millones en la corruptela de adjudicación de la ruta del Sol II,  pero aún no se sabe sobre los restantes 5.7 millones de dólares o en todo caso poco se sabe pues la clave la tiene el ex senador Otto Bula actualmente detenido y quien se encuentra negociando con la fiscalía una rebaja de penas por colaboración eficaz con la justicia. En esta investigación hay que anotarlo la Fiscalía General de Colombia ha avanzado por sus propios medios y ha vinculado recientemente a ex funcionarios públicos y principalmente a actores privados que estuvieron comprometidos con esta trama de corrupción y ha compulsado copias de la investigación a la Sala penal de la Corte Suprema de Justicia para que este organismos que es el competente, investigue a cuatro parlamentarios en ejercicio y a un exparlamentario. Este martes 25 de julio ha compulsado copias de la investigación para que la Corte Suprema de Justicia investigue a los senadores del Partido de la Unidad Nacional, Bernardo Miguel Elías Vidal, conocido popularmente como el Ñoño Elías, al senador Musa Besaile y al también senador en ejercicio del Partido Cambio Radical, Antonio Guerra de la Espriella, así como al representante a la Cámara Ciro Rodríguez.  También pidió que se investigue al exsenador, Plinio Olano, también del Partido de la U que son socios de la coalición del Gobierno del presidente, Juan Manuel Santos.

Pero esta trama de corrupción propiciada por la firma Odebrecht se extiende al financiamiento ilegal de las campañas presidenciales del año 2010 y 2014. Aquí las investigaciones avanzan a paso de tortuga. En la campaña de 2010 el propio gerente de la campaña del entonces candidato Juan Manuel Santos, Roberto Prieto,  ha reconocido haber recibido de la firma brasilera 400.000 dólares con destino al pago de 2 millones de afiches. Pese a esa confesión no pasa nada pues el delito por financiamiento ilegal ya prescribió y restan pocos meses para que también prescriba la investigación por el financiamiento ilegal de las campañas de Juan Manuel Santos en 2014 y del candidato del uribismo, Oscar Iván Zuluaga. En Colombia, está prohibido recibir recursos de firmas extranjeras,  destinado a campañas electorales. La Fiscalía en documento remitido al Consejo  Nacional Electoral, un organismo politiquero e incompetente que es quien debe investigar las campañas en Colombia, afirmó que está comprobado el financiamiento ilegal de las campañas de Santos y Zuluaga en el año 2014 por parte de la firma Odebrecht. Con base en la presión ciudadana y de ese documento el Consejo Nacional Electoral decidió abrir formalmente la investigación en contra de la campaña de Zuluaga, hasta ahora no se ha pronunciado sobre la campaña de Santos. Es obvio que con el financiamiento de las campañas buscaba ganar influencia para  sus futuros negocios en Colombia. Es decir para seguir con la saga de negocios y corrupción en el país.

Pero no solo se han destapado los negocios ilegales y corruptos de la firma Odebrecht sino que también se ha destapado el escándalo de corrupción de la modernización de la Refinería de Cartagena, Reficar. Esta obra se había contratado por cerca de 4.000 millones de dólares y terminó costando cerca de 8.000 millones de dólares, es decir, más que lo que valió la ampliación del Canal de Panamá. La Contraloría General de la República ha encontrado sobrecostos y despilfarro de más de 610 mil millones de pesos, un poco más de 300 millones de dólares de la época. Esta semana la Fiscalía General de la Nación les imputo cargos ante el Juzgado 16 Penal Municipal de Bogotá, a siete empresarios nacionales y extranjeros quienes deberán responder por los delitos de interés indebido en la celebración de contratos, peculado por apropiación y enriquecimiento ilícito en favor de particulares. En este episodio de corrupción y desgreño administrativo se encuentran referenciados en la investigación los miembros de la Junta Directiva de la empresa de petróleos del Estado, Ecopetrol. Este descalabro se presentó en los gobiernos de Uribe y Santos.

Allí no paran los escándalos. Solo para mencionar algunos de los más notorios. El Fiscal encargado de la lucha contra la corrupción en Colombia, Luís Gustavo Moreno,  fue puesto en prisión por las pruebas contundentes en que recibe dinero para favorecer al ex gobernador de Córdoba –de donde son los parlamentarios Ñoño Elías y Musa Basaile- Alejandro Lyons, vinculado a una investigación en donde la fiscalía lo acusa de 20 delitos dentro de los cuales se indaga por un asesinato. Lyons abandonó el país y se acogió a la Justicia Norteamericana. En territorio de la Florida, en Miami, el fiscal corrupto Moreno recibe parte del pago para ayudar a Lyons en los procesos delictuosos que enfrenta en Colombia. A su captura siguió la de 50 funcionarios de la justicia en distintas regiones del país lo que muestra la profunda penetración de organizaciones criminales y delictivas en los organismos de la justicia en Colombia. También se podrían mencionar las investigaciones realizadas en España en contra de funcionarios del corrupto gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid y que de paso compromete a sectores empresariales y políticos de las ciudades colombianas de Santa Marta y Barranquilla ligado al desfalco de las empresas que manejan los servicios públicos de aseo y agua potable, o la trama de corrupción en la empresa de Energía que provee de energía eléctrica a los 7 departamentos de la Costa caribe, Electrocaribe. En el primer caso todo depende de las investigaciones de la Justicia Española pues a la nuestra este caso les quedó grande por los intereses que allí se mueven.

En medio de todo este torrente de denuncias que amenaza con la pérdida de la poca credibilidad de los organismos de la justicia en el país se abre paso un proceso social de repudio y exigencia de condena a los corruptos. Por iniciativa de la senadora Claudia López y de la representante Angélica Lozano del Partido Verde, este miércoles se entregaron a la Registraduría Nacional del  Estado Civil más de 4.2 millones de firmas que buscan la convocatoria de una consulta popular contra la corrupción. Para que la consulta sea tramitada en el Congreso de la República se requiere de un poco más de 1.760.000 firmas válidas. O sea que se espera que obtenga las suficientes para que el Congreso de la República apruebe la convocatoria de esa consulta popular que busca entre otras cosas una rebaja sustancial del salario de los congresistas, la limitación a tres periodos de sus mandatos, y uno muy importante que es la eliminación de los llamados cupos indicativos para inversiones regionales que se reparten entre los parlamentarios de las coaliciones de gobierno y que anualmente ascienden a unos 2.2 billones de pesos que además de dar ventajas a dichos parlamentarios son una puerta de entrada a la corrupción. El proyecto propone que esos recursos se mantengan para el financiamiento de obras regionales pero que sean licitados públicamente y tengan una veeduría ciudadana. Mucho se puede discutir si allí en las siete preguntas están los remedios de fondo a la corrupción, pero, el hecho más significativo es el enorme respaldo de los ciudadanos y ciudadanas que están hastiados de tanta corrupción y del uso patrimonialista de los recursos públicos.

Finalmente habría que señalar que este mal que nos aqueja en toda América Latina tiene que ser enfrentado en dos de sus componentes centrales. En primer lugar en el plano de la cultura y de los valores axiológicos de nuestras sociedades. El individualismo, el afán de lucro y enriquecimiento a cualquier costo no puede ser el centro de nuestros proyectos de sociedad. La construcción de una cultura de la defensa de lo público como la materialización del interés general, la protección de los bienes comunes, el buen vivir, deben ser los principios y valores que se construyan en la sociedad y sobre los cuáles se levanten nuestros proyectos sociales y políticos. Hay que avanzar en la construcción de un vigoroso espacio público tanto en la sociedad civil como en el Estado. No puede ser que las inmensas riquezas de unos pocos se construyan por la colonización del Estado para la defensa de sus intereses y por el uso privado de los recursos públicos, que es el patrimonialismo que vivimos en América Latina en dónde el espacio público y su defensa es precario. Y en segundo lugar hay que avanzar en mecanismos legales y jurídicos que hagan transparente no solo el manejo de los recursos públicos sino las licitaciones y la adjudicación de contratos. En Colombia por ejemplo hay una institucionalidad que ayuda a la corrupción como son los llamados cupos indicativos entregados a congresistas de los partidos gobernantes o la entrega de los organismos de control como las Personerías, la Defensoría del Pueblo, las Contralorías y la Procuraduría a miembros de los partidos que gobiernan. Esos organismos o deberían ir a la oposición democrática o debería garantizarse el concurso de méritos para que sean ocupados por personas honestas e idóneas. Las reformas legales y la penalización de conductas por delitos de corrupción son necesarias pero no son suficientes.

Bogotá julio 27 de 2017

Pedro Santana Rodríguez
Director Revista Sur





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