lunes, 7 de mayo de 2018

Editorializados Por: Tatiana Acevedo Guerrero

Editorializados 

Por: Tatiana Acevedo Guerrero

Tras noches de debates presidenciales hubo quienes acusaron a los dirigentes de medios, Vélez y Gurisatti, de usar micrófonos y espacios publicitarios para favorecer a los candidatos uribistas. Se notó una tendencia más sutil en la forma en que, al informar sobre la llamada “gran encuesta”, RCN usó gráficos de barras amañadas, pues el 38 % de intención de voto por el candidato Duque se veía desproporcionadamente más grande que el 28 % de intención de voto por Petro. Aunque es en momentos de coyuntura electoral en que se hacen más evidentes los esfuerzos editoriales de noticieros, prensa escrita y programas de radio, el sesguito a la derecha de buena parte de la oferta mediática nacional es continuo y nunca desilusiona. Una forma de apreciarlo en su forma menos agazapada, es a través de las coberturas de huelgas, paros o revueltas civiles.
La manera en que se cubrió el conflicto de febrero de 1963, cuando obreros de Cementos El Cairo declararon una huelga en búsqueda de mejores salarios, marca quizá un hito de desinformación. Los choques entre empleados y fuerza pública se generaron por la decisión del gobernador de Antioquia, Fernando Gómez Martínez, de transportar, escoltadas por el Ejército, las materias primas de la fábrica a Medellín. Los obreros bloquearon entonces la carretera. El Ejército disparó y murieron una niña y diez obreros. El ministro de Trabajo, Belisario Betancur, respaldó las acciones del Ejército, afirmando que los soldados habían sido víctimas de una “emboscada” por cuenta de los huelguistas, que contaban con “toda clase de armamento”. En El Tiempo y la prensa regional se les hizo eco sin peros a las palabras de Betancur. El periódico económico La República reportó que “de no haber habido una agresión inspirada por mano oculta, por la mano roja que viene operando en Venezuela y en todo el continente para cumplir consignas extrañas, el Ejército no hubiera tenido que disparar”. “Infortunadamente hay que suponer, por lo pronto, que algunos de los huelguistas de la fábrica El Cairo tomaron parte, por lo menos, en este atentado contra el Ejército” pontificó El Siglo. Días después apareció publicada en El Espectador una foto tomada por el médico del municipio, que registró la posición de bloqueo pacífico de los obreros, lo que anuló las versiones de emboscada. Hoy, con las versiones de quienes sobrevivieron el ataque oficial, el episodio es recordado como la “masacre de Santa Bárbara”.
Durante los 70, fue parecido el cubrimiento de todos los conflictos laborales y cívicos de Barrancabermeja. “Los obreros de la Empresa Colombiana de Petróleos constituyen una verdadera oligarquía”, afirmó La República en su reportaje sobre una manifestación. “Los sindicatos de la Empresa están dirigidos por los más intrépidos jefes comunistas. Forman un Estado dentro del Estado”. Así quedó descrito. El paro petrolero de 1971 fue violentamente reprimido por la fuerza pública. Mientras que periódicos como El SigloLa República y El Tiempoinformaron sobre la infiltración del comunismo y el Eln, fue poca la cobertura sobre la justicia penal militar bajo la que se juzgó a los líderes sindicales capturados en el paro. “Los pueblos tienen, en la democracia, mil maneras de hacer valer sus reclamos y derechos. Hay solamente uno vedado: el de insurgir contra el orden jurídico” concluyó El Tiempo.
Y poco hay del Estatuto de Seguridad a la Seguridad Democrática. Declaraciones de jefes paramilitares como Salvatore Mancuso ante Justicia y Paz cuentan cómo la campaña mediática de las autodefensas se valió de la generosa difusión de las largas entrevistas a Carlos Castaño (en La Noche de RCN, Cara a Cara de Caracol y la agencia Colprensa) para “darles un impulso ideológico a las Auc”. También son abundantes los sesgos durante la contrarreforma paramilitar. Desde alguna prensa regional que decide no reportar sucesos violentos (como El Heraldo de Barranquilla, El Meridiano de Córdoba) hasta la gran televisión nacional tan celebratoria de Uribe durante los primeros años de gobierno.

Tomado de www.elespectador.com

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