sábado, 3 de junio de 2017

LA PEQUEÑEZ DEL GIGANTE. POR: RAFAEL VERGARA NAVARRO

LA PEQUEÑEZ DEL GIGANTE. POR: RAFAEL VERGARA NAVARRO

Al ver la foto de Trump riendo y el papa serio, casi adusto, entendí que el diálogo que buscaba honrar lo acordado en la ONU Cop21 de París había fracasado.

Quedó claro que Laudato Sí no sería leída porque la irresponsable decisión de elevar el riesgo climático del mundo, afloró allí en Italia, en la reunión del G7.

Con la soberbia de que “EEUU es primero” y la de desmarcarse del compromiso de Obama de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), distanció a los 6 restantes miembros que ratificaron la voluntad de impedir el aumento de la temperatura más allá de lo pactado: tecnologías no contaminantes, cambio cultural, empresas sostenibles y sustitución del petróleo y el carbón por energías limpias.

Para Europa, y lo ratificaron China y Rusia, hay que cumplirle a la Tierra y a los pueblos, reduciendo la emisión de GEI y las consecuencias climáticas. Para nosotros y 193 países más, también lo es.

A diferencia del Protocolo de Kioto, en el Acuerdo de París el compromiso de acciones que frenen el calentamiento a menos de 2°C no es obligatorio, es vinculante, lo que significa que no es evadible el deber ético de cumplir la palabra, dada la seriedad de las relaciones diplomáticas, la prevención de los catástrofes y la necesidad de sobrevivencia.

Para Trump, cabeza del gigante contaminador, los 3 años más calientes de la historia son mentiras de los chinos, y los peligros en las poblaciones insulares y costeras como nosotros –generándolos- no son su problema.

Obama había comprometido a los EEUU fijando entre 26 y 28% la reducción de emisiones de GEI antes del 2025, pero para los cultores de la ganancia, hoy en el poder, hacerlo es inadmisible porque frenaría su crecimiento y el empleo.

Como lo deja claro Jeffrey Sachs, Trump, en un acto de corrupción satisface a sus financistas al entregarles la política pública ambiental del país, “negando el calentamiento” y desmantelando las normas del Plan de Energías Limpias de Obama y el EPA. Es una apuesta al incremento de los desastres y a los muertos y damnificados del cambio climático.

Los poderosos del carbón o el petróleo, los del derroche y el consumismo buscan frenar el irreversible avance hacia el uso de energías renovables, enfrentándose incluso con los estados, ciudades, empresas y científicos, responsabilizados con un cambio ambiental en EEUU y el mundo.

Presentando como causa justa la injusticia y entre otras, pese al desacuerdo del 62,3% de los accionistas de ExxonMobil, Trump anunció el retiro de EEUU de la COP21 porque según dice “gobernaré para Pittsburgh no para París”. Pretende renegociar mientras desata la tormenta mundial y local en su contra.

Obama lo sentencia de rechazar el futuro y llama a los norteamericanos a liderar el camino que proteja a las nuevas generaciones, en el único planeta que tenemos. El boicot mundial ya se anuncia.

Los poderosos del carbón o el petróleo, los del derroche y el consumismo buscan frenar el irreversible avance hacia el uso de energías renovables (...)


Tomado de www.eluniversal.com. 3 de Junio de 2017 12:00 am

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