COLOMBIA: DERECHAS E IZQUIERDAS. Por, Ricardo Sánchez Ángel
Publicado en “Un pasquín” [edición 64,
abril de 2018].
En las elecciones del 11 de marzo ganó
la distinción entre izquierdas y derechas, pese al interés de negar su
actualidad con el argumento de que es una división que no se corresponde a los
tiempos actuales y no ayuda a comprender la complicada sociedad contemporánea.
Sin embargo, los medios de
comunicación califican a Iván Duque y a Germán Vargas como de derecha, y a
Gustavo Petro de izquierda. Entre tanto, hay quienes declaran como panacea el
centro político y otros ingeniosos, de tiempo atrás, hablan del extremo centro
para mostrar su lejanía de las ideologías.
El centro es una categoría vacía en su
neutralidad y, al carecer de contenidos, propicia el maquillaje de las reales
intenciones. Es lo que ocurre con Fajardo, que se declara equidistante, el famoso
“ni una ni otra posición”. Sin calumniarlo, él defiende los tratados de libre
comercio, al igual que los grandes consorcios económicos.
Lo propio ocurre con Humberto de la
Calle, prisionero de un Partido Liberal en extrema crisis. Sin identidad, de la
Calle y los notables de ese partido renunciaron hace tiempo a la definición
histórica del liberalismo como una “coalición de matices de izquierda”. Su
fórmula vicepresidencial, Clara López, declaró que no es de izquierda. Al igual
que Jorge Robledo, el escudero de Fajardo, hace lo propio.
No molestemos a estos personajes y
aceptemos que son de centro, a condición que reconozcamos también que son de
centro derecha, donde también están el Partido Conservador y el de la U.
Declaro, por supuesto, que no es delito ni pecado estar en las derechas, como
no es ninguna virtud estar en las izquierdas. Hay mínimos indispensables que se
exigen a diestra y siniestra: respeto a la vida, con la disolución de los
paramilitares, la condena a toda forma de violencia, respeto a los derechos y a
las reglas democráticas. Es decir, abolir el extremismo: ni fascismo, ni
estalinismo.
Las derechas en Colombia plantean la
búsqueda de la paz por la vía militar, la pax americana. Es a lo que llama
Vargas Lleras en relación con el ELN, mientras Duque echará atrás asuntos
medulares de los acuerdos con las FARC. Si la diferencia histórica y analítica
entre izquierdas y derechas, como lo propone Norberto Bobbio, es la prioridad
que se le da a la igualdad con diversidad, ello subsiste. El programa de Duque
y Vargas es el mismo: ¡enriqueceos! con el acelerador del modelo transnacional
y neolatifundista. El uribato y el varguismo son las dos caras de la moneda de
la derecha a la colombiana. ¿Apoyará esta opción Viviane Morales?
Fajardo y de la Calle son partidarios
de mantener el sistema vigente, con cambios sin la hondura de las reformas
estructurales y sin viraje en el modelo económico que exige a gritos la crisis
nacional. Aunque, ambos apoyan los acuerdos de paz. A su vez, las cinco candidaturas
mencionadas defienden una política internacional subalterna a los intereses de
los Estados Unidos.
Gustavo Petro está ubicado en la
izquierda. ¿Estará corriéndose al centro izquierda con la candidatura a la vice
de Ángela Robledo? Su programa, que le ha dado altos dividendos electorales,
tiene un acento igualitario y valoración positiva de las diferencias de raza,
género y cultura (algo muy distinto al estatismo estalinista de la antigua
URSS). Este político caudillista señala al neoextractivismo y al neolatifundio
como causantes de las desigualdades y destrucción del ambiente. Está
radicalmente por la paz, es afirmativo en convocar contra la pobreza y
manifiesta su obediencia a las reglas democráticas. Sin antagonizar con Estados
Unidos y la OEA, insinúa una política más autónoma en lo internacional.
¿Apoyarán la Farc y Piedad Córdoba esta alternativa?
La candidatura de Petro es resultado
de su esfuerzo por interpretar el desespero de los desposeídos y ofendidos. El
reproche que se le hace de ser populista es válido, a condición de enfatizar
que su matriz es de izquierda, de la misma manera que Uribe es populista, pero
de derecha. La distinción sustancial se mantiene.
La debilidad más clara de la propuesta
de Gustavo Petro es su política exterior, por las tormentas que se avecinan en
Nuestra América por la ofensiva de la derecha internacional, con Trump a la
cabeza, y la resistencia del “pueblo de izquierda”.
Publicado por RedSocialista, El Blog
de la Red Socialista de Colombia
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