domingo, 22 de febrero de 2015

Academia y “copia y pega”: un cáncer creciente. ¿Hacia una cultura del facilismo?

Academia y “copia y pega”: un cáncer creciente. ¿Hacia una cultura del facilismo?

El capitalismo mafioso y corrupto actual, basado en las finanzas, la especulación, la guerra y la narcoactividad como sus pilares fundamentales (¿delito?) ¿se corresponde también con una cultura mafiosa y corrupta como puede ser la del “copia y pega”?

Marcelo Colussi / Especial para Con Nuestra América
Desde Ciudad de Guatemala

“Si tengo un libro que piense por mí, un pastor que reemplace mi conciencia moral, un médico que se encarga de mi dieta y salud, y así, sucesivamente, no necesitaré del propio esfuerzo.” Immanuel Kant

Palabras preliminares

También podríamos titular este texto como “Se venden tesis para graduarse”, o “¡Viva la corrupción! Hacia una cultura del plagio”. Lo que queremos provocar aquí es una reflexión en torno al modelo de sociedad que estamos construyendo con las tecnologías “hedonistas” que, día a día, pareciera van entronizándose sin retorno. Copiar íntegramente un texto y colocarlo dentro de otro cuando estamos estudiando, puede ser una maravilla técnica que nos ahorra engorrosos esfuerzos. Pero, ¿qué pasa cuando eso se convierte en el delito de plagio?

Para un porcentaje creciente de personas en el mundo es ya un lugar común en su cotidianeidad el “copia y pega” (o “copy and paste”, como suele decírsele con frecuencia, evidenciando así la presencia anglosajona que rige buena parte de nuestra vida actual en cualquier punto del planeta).

Esto es algo reciente, de apenas unos años para acá, yendo de la mano de la explosión de la era informática. En las generaciones inmediatamente anteriores a las actuales, aquellas que no conocieron aún la computadora ni el internet, las que aún utilizaban la máquina de escribir (si tenían la dicha de ser alfabetizadas, claro está), no era siquiera remotamente pensable el fenómeno (aunque también se hacía plagio, claro está).

Sin dudas se trata de un “fenómeno social”, de una formación cultural que va más allá de una práctica puntual determinada, de una moda o de un hábito irrelevante condenado a pasar sin pena ni gloria. No, nada de eso: todo indica que estamos ante una nueva matriz cultural. Sin ánimo de ridiculizarlo, podría decirse que el “copia y pega” llegó para quedarse.

Pero, entonces: ¿qué es este dichoso “copia y pega”? ¿Este “control c – control v” que aparece por todos lados?

La incorporación de las nuevas tecnologías cibernéticas en espacios crecientes de nuestra vida cotidiana tiene un valor tremendo, quizá similar a la aparición del fuego, de la agricultura, de los metales, la rueda o la máquina de vapor, esos elementos que sin lugar a duda son hitos definitorios de nuestra historia como especie. Al igual que pasó con todos estos grandes eventos, la aparición de la computación y su uso cada vez más masivo en la cotidianeidad, a lo que se agrega el internet como su complemento obligado, definen un nuevo perfil de sociedad, de modo de relacionarnos, y sin dudas también, de sujeto.

Las llamadas TIC’s –tecnologías de la información y la comunicación– tienen hoy una fuerza creciente y son las que marcan el camino en lo que cada vez más se conoce e impone como “sociedad de la información”. Sociedad, por cierto, que sigue siendo profundamente asimétrica, desbalanceada, y por tanto injusta, donde muy buena parte de la población planetaria aún no tiene resueltos problemas ancestrales (el hambre, la vivienda, el acceso a satisfactores básicos) y donde estas innovaciones no llegan: mientras la informática define cada vez más la marcha de los grupos que fijan la vanguardia de la especie humana, mucha gente aún no dispone de energía eléctrica, no tiene acceso a un teléfono, y más aún, sigue siendo analfabeta. Hoy por hoy, no más de un 20% de la población planetaria usa internet, pero no obstante esas profundas asimetrías, estas tecnologías crecen a velocidades vertiginosas y, como dioses omnipotentes, fuerzan a seguirles no importa a qué precio. El mito del “progreso infinito, sin retorno” se ha impuesto y no tiene marcha atrás.

El ámbito de la informática, por tanto, va definiendo nuestro mundo, nuestra vida, nuestra forma de movernos en ese mundo. Cada vez más la computadora y una conexión a la red de redes, el internet, moldean nuestra humana existencia. Para infinidad de cosas (informarnos, divertirnos, producir, realizar compras, buscar amigos, hacer el amor, calcular la trayectoria de una nave espacial o separar la basura orgánica de la inorgánica, etc., etc.…) dependemos cada vez más de su uso. Tal como parece indicar esa tendencia, dentro de no muchas generaciones habremos asistido a cambios profundos, seguramente irreversibles, en las características generales de nuestra cultura teniendo a estas tecnologías como eje definitorio de lo que hacemos y dejamos de hacer. Por ejemplo, según estimaciones de la UNESCO, dentro de no muchos años lo que entendemos por educación formal tradicional basada en la institución escolar presencial habrá cambiado perdiendo protagonismo frente a estas nuevas modalidades virtuales, no siendo nada improbable que la escuela física, en todos sus niveles, vaya tendiendo a su desaparición. Así como sucederá –o ya está sucediendo– con los documentos impresos. El periódico y el libro pareciera que están condenados a su desaparición en un tiempo no muy lejano. De hecho, la prensa escrita y la correspondiente industria gráfica que la soporta no crecen; por el contrario, grandes diarios del mundo van extinguiéndose. Y el libro virtual, de momento lentamente, ya comienza a perfilarse como la nueva modalidad. ¿En cuántos años más pasará a ser pieza de museo, como ya lo son hoy grandes inventos de la modernidad, como el telégrafo, la máquina de escribir, el diskette? ¿Ya está pasando eso, incluso, con el correo electrónico, superado por las llamadas redes sociales?

La pantalla de una computadora, tal como van las cosas, será nuestro marco de referencia total, donde miraremos todo, donde nos educaremos desde nivel preescolar hasta los doctorados, y de la que dependeremos en forma creciente para todo. Y aunque mucha gente en el mundo aún no tiene siquiera energía eléctrica, mucho menos acceso a una computadora e internet, de todos modos también pasa a depender de esa cultura global asentada en los chips y en lo multimediático. Las guerras en el África, por ejemplo, en buena medida tienen que ver con la búsqueda de coltán para los microprocesadores, aunque los niños africanos no tengan idea qué es un chip ni un satélite geoestacionario.

Una rápida conclusión que puede extraerse de lo dicho es que, merced a esa primacía de lo audiovisual, cada vez leemos menos. Leemos menos o, quizá, leemos de otra manera. La erudición intelectual ya no se expresará a partir de cuántos libros se llevan leídos sino de la cantidad de información que se maneja. La cultura de lo virtual, de la pantalla de los multimedia, marca el camino (hoy día: pantalla plana de plasma líquido de alta definición, tanto de una computadora personal como de una portátil, o de una tabla, las cuales van dejando atrás lentamente al omnipotente televisor; o de un teléfono móvil inteligente, ya más cercano a una central de procesamiento de datos que a un aparato para hablar a distancia, sin contar con las nuevas modalidades que el mercado irá ofreciendo –obligando a consumir, mejor dicho–). En ese clima audiovisual dominante es que se inscribe la cultura del “copia y pega”.

El omnipresente “copia y pega”

Con las nuevas tecnologías informáticas, definitivamente leemos menos. O al menos, leemos menos libros. Si a mediados del siglo XX, cuando nacía la televisión, Groucho Marx pudo decir sarcásticamente de ella que “sin dudas es muy instructiva… porque cada vez que la prenden, me voy al cuarto contiguo a leer un libro”, hoy día el peso de la cultura audiovisual es inconmensurable y, quizá parafraseando al agudo humorista estadounidense, podríamos decir que nos la pasamos “copiando y pegando”, pues ya no nos vamos al cuarto contiguo a leer.

Hay que reconocer que la cultura que traen estas nuevas tecnologías de la información y la comunicación sin dudas agradan, son muy amigables, entran muy fácilmente en el público. ¿Quién de los que ahora están leyendo este texto no ha jugado alguna vez juegos electrónicos? ¿Se habrán apasionado quizá? ¿Cuántos no se han apasionado por ellos dedicándole horas, o dedicado horas a bajar pornografía restándole tiempo a la lectura? Con toda neutralidad y desapasionamiento hay que reconocer que lo audiovisual penetra mucho, quizá más que la lectura. La universalización del documento impreso que posibilitó la imprenta moderna disparó la alfabetización por todo el mundo. Fue en ese marco que Cervantes hizo decir a don Quijote que “el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”. Verdad incontrastable, sin dudas. Verdad de la época en que era impensable un “copia y pega”. Pero más aún se divulgó, se impuso y cambió la manera de relacionarse con el mundo el ámbito de lo audiovisual. La lectura se popularizó y se universalizó en estos últimos siglos, pero mucho más lo hizo la cultura derivada de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. No en todas las casas hay libros… ¡pero sí hay televisores! Como van las cosas, podríamos decir que no en todas las casas en un futuro habrá libros, ¡pero sí computadoras con conexión a la red! Y la tendencia dominante indica que es más fácil que una cultura ágrafa, de las que todavía existen algunas pocas en el mundo confinadas en parajes remotos, en general en la espesura de selvas tropicales (los antropólogos calculan alrededor de cien pueblos que aún se mueven en el pre-neolítico, sin agricultura), pueda pasar con mayor comodidad a la computación y al internet que a la cultura del libro impreso. En muchos países “sub-desarrollados” no se mejora la dieta alimenticia… ¡pero se tiene teléfono celular!

Ante el primado del “copia y pega” que se va imponiendo, una primera reacción –no de las generaciones jóvenes, hay que recalcar– es un grito de alarma: “¡se lee cada vez menos! ¡Sólo se copia y se pega! ¿Dónde iremos a parar?” A un joven, a alguien nacido y criado en la cultura informática de estos últimos años (un llamado “nativo digital”), a alguien que se le hace más común buscar una palabra desconocida en una enciclopedia virtual con algún motor de búsqueda que consultar un diccionario de papel yendo a una biblioteca, seguramente no le parece nada descabellado copiar y pegar lo que vio en una pantalla. En definitiva: ¿por qué habría de parecerle así?

No puede decirse, de ningún modo, que las sociedades basadas en estos nuevos soportes de las llamadas tecnologías de punta, tecnologías de la información y la comunicación, sean menos educadas que las que se formaron en la cultura libresca de la modernidad capitalista. Esa visión no es sino la expresión de un concepto bastante restringido, que toma como referente la modernidad europea, donde la imprenta y la alfabetización marcaron una época, pero que no son el único modelo posible. Sin dudas la popularización de la lectura representó un avance fenomenal en la historia de la humanidad, en tanto universalizó los saberes, pero es un poco limitado pensar que sólo la cultura basada en la lectura de papeles es válida, o incluso: “la mejor”. Existen muchas posibilidades para desarrollar los saberes. La computadora y el internet son instrumentos válidos, interesantes, prometedores, por lo que sería tonto pensar que sólo producen “copiadores” y “pegadores” vacíos. Plantearlo así es, como menos, ingenuo –por no decir equivocado–.

Aunque ello es un riesgo posible, sin dudas. Y no debe dejar de considerárselo. Por el solo hecho de ser novedosa, una tecnología no forzosamente es buena, mejor que la anterior. Hoy, en el medio de una ya más que impuesta cultura consumista ávida de novedades, existe la tendencia a endiosar los productos nuevos, el último grito del mercado. Sabemos que eso no necesariamente significa mejoramiento. Significa, ante todo –y muchas veces sólo– buenas ventas para el fabricante. De todos modos, más allá de la moda que pueda haber en juego (las multinacionales que manejan los mercados imponen el consumo voraz de nuevos equipos de computación, nuevos programas, nuevas tecnologías “exitosas”, con una velocidad cada vez más vertiginosa), en sí mismo estos avances no son, para decirlo de un modo quizá demasiado simplificado, ni buenos ni malos. Son instrumentos. Lo cierto es que la profundidad y masividad de las nuevas técnicas informáticas y comunicacionales son tan grandes que, sin lugar a dudas, marcan caminos difíciles de evitar.

Academia y “copia y pega”

Poner el grito en el cielo porque ahora, por ejemplo, los jóvenes “sólo copian y pegan” es, como mínimo, discutible. ¿Acaso antes de la aparición de estas tecnologías cibernéticas todo el mundo producía teoría? ¿Acaso la erudición era el pan nuestro de cada día en cada estudiante o en cada graduado en cuanta aula había en el planeta? La existencia de libros, ¿asegura que todo el mundo tiene acceso a ellos? Sabemos que el analfabetismo sigue siendo una cruda realidad en el mundo, y sabemos también que pese a que existan cantidades de libros dando vueltas por el planeta, aunque tengamos la posibilidad de leerlos, no todos leemos (se prefiere quizá hablar, o hacer deporte, o mirar televisión pese a la crítica de Groucho Marx, o pasar horas en alguna red social), o leemos mal, o leemos lo mínimo indispensable. Por lo pronto el auge monumental de las llamadas redes sociales nos confronta con horas y horas diarias dedicadas al solaz audiovisual pero no a la lectura, o a la lectura crítica propiamente dicha. El hecho que Twitter, una de las más populares redes sociales, admita textos de no más de 150 caracteres dice mucho.

No está de más recordar que los libros que más se venden hoy día a nivel mundial son los de autoayuda. Algo así como, valga la comparación jocosa,… horóscopos. ¿Somos tan falibles, débiles y mediocres que necesitamos esos apoyos? Bueno… pareciera que sí, a estar con las ventas reales constatables. La cultura del libro, o de documentos en papel (también se leen diarios, pero no olvidar que en muy buena medida se leen las páginas deportivas, las policiales, y también los horóscopos) no asegura una excelencia académica. Leyendo papeles no hay “copia y pega”, pero también puede haber mucha mediocridad.

Ahora bien: debe hacerse notar que la tecnología, en sí misma, tiene un valor instrumental, no es “buena” ni “mala”. En todo caso, depende de para qué se la usa. De todos modos, las TIC’s tienen la particularidad de haber creado una cultura sumamente particular. Por supuesto, resuelven interminables problemas de la vida cotidiana. He ahí su extraordinario portento, por supuesto. Pero al mismo tiempo inauguran una civilización que puede llamar a la reflexión. En relación a la lectura, no son lo que más la fomente precisamente. Por el contrario, la entrada triunfal y sin cuestionamientos del “copia y pega” a nuestras vidas debe abrir preguntas: ¿vamos bien por ese camino?

Vale hacerse la pregunta porque en el ámbito académico esta nueva modalidad ya ha dado lugar a numerosos procesos más rayanos en el delito que en la construcción de gloriosos avances. Son muchos los personajes (presidentes, ministros, jueces, connotados políticos, personalidades públicas) que han incurrido en el omnímodo “copia y pega”, encontrando como respuesta… el escarnio que les costó el puesto o la defenestración: Annette Schavan y Karl Theodor zu Guttenberg en Alemania,Jorge Glas en Ecuador, Victor Ponta y Pál Schmitt en Hungría, Manuel Baldizón en Guatemala,Alejandro Blanco y Manuel Cervera en España, Vladimir Gruzdev y Pavel Astajov en RusiaMaría Salomé Sánchez en Colombia, César Hinostroza Pariachi en Perú. Estos son ejemplos de personas con ribetes públicos; casos de desconocidos seguramente deben contarse por decenas, o cientos. Para muestra: lo que a mí también me sucedió (y me incluyo entre los desconocidos, con el agregado de no ser, precisamente, de los más brillantes en términos académicos). En el año 2008 publiqué una pequeña reflexión sin mayores pretensiones científicas en el portal Rebelión: Migraciones, ¿un problema en el siglo XXI?. Años después encuentro que un trabajo de tesis de grado de una universidad de la ciudad de Loja, Ecuador (tenida por la “capital cultural del país”), en el año 2010, hace uso de buena parte de ese material mío. ¿Plagio?

En definitiva: esta tendencia actual del “copy-paste” que han instaurado las nuevas diosas tecnológicas no es sino un aspecto instrumental. Las tecnologías, en sí mismas, no son sino eso: herramientas, ayudas para la vida. La cultura virtual que se va imponiendo a pasos agigantados no es éticamente valorable como positiva o negativa. Es un ámbito que se abre. Puede dar lugar a la más mediocre masificación manipulada desde los centros de poder –¿no es eso lo que instauró la escuela moderna masificada con el uso del libro acaso, una institución productora y reproductora del sistema capitalista?– o puede dar lugar también a una instancia liberadora, como el sitio electrónico donde ahora aparece este material. Pero no puede dejarse de mencionar con la más enérgica fuerza del caso que el hedonismo implícito en estas tecnologías digitales facilita demasiado la improductividad. Si uno de los sitios más visitados por estudiantes (¡y también profesores!) tiene por nombre nada más y nada menos que “El Rincón del Vago”, ello nos puede alertar sobre lo que está en juego: no siempre las tecnologías de avanzada son ventajosas. ¿Acaso fomentar el plagio es ventajoso? ¿Debería yo, por ejemplo, promover un juicio porque fui plagiado o, quizá más académica y científicamente, llamar a la reflexión sobre el peligro en juego?

Ojalá, en todo caso, copiemos y peguemos todo lo que pueda ayudar a abrir los ojos, a fomentar pensamiento crítico. Pensemos en el borde que existe entre aprovechar una tecnología (¡la cantidad de fichas hechas a mano que nos puede ahorrar el copia y pega es fabuloso!) y el delito. El capitalismo mafioso y corrupto actual, basado en las finanzas, la especulación, la guerra y la narcoactividad como sus pilares fundamentales (¿delito?) ¿se corresponde también con una cultura mafiosa y corrupta como puede ser la del “copia y pega”? Si es así, leamos de nuevo muy concienzudamente la cita del epígrafe. Y reflexionemos que si dejamos de pensar por nosotros mismos, alguien más lo hará por nosotros. ¿Hacia eso vamos? La cuestión es: ¿quién pensará por nosotros? La respuesta puede ser escalofriante.

Si-uno-esta-lloriqueando-por-lo-que-le-paso-vive-en-el-pasado

http://www.perfil.com/elobservador/Si-uno-esta-lloriqueando-por-lo-que-le-paso-vive-en-el-pasado-
20150222-0055.html

vicio Informativo "Alai-amlatina" - - - LLAMADO AL FORO SOCIAL DE INTERNET Internet es de todas las personas: ocupémoslo.LLAMADO AL FORO SOCIAL DE INTERNET.

Servicio Informativo "Alai-amlatina" - - -
LLAMADO AL FORO SOCIAL DE INTERNET
Internet es de todas las personas: ocupémoslo.

Cada vez más Internet es el lugar en el que nos conectamos con nuestros amigos y amigas, obtenemos información, organizamos trabajos, almacenamos imágenes y textos, hacemos transacciones bancarias, vemos videos, compramos boletos y accedemos a servicios públicos.
Ya que usamos el Internet de manera tan extensa, vamos dejando un rastro de información personal en toda la red. Pronto, en Internet se manejará también una extensa información transaccional transmitida por las “cosas” que hacen parte de nuestras vidas diarias: esto es, una amplia gama de dispositivos domésticos así como infraestructuras y servicios, tanto públicos como privados. Todo este conocimiento es poder, que se puede usar para fines buenos o malos. En Internet no sólo se mueve demasiada información sobre nosotros, sino que los avances en la automatización de redes y el acceso remoto facilitarán un alcance omnímodo que permitirá controlar incluso nuestras actividades en espacios físicos.

Siendo algo tan importante en nuestras vidas diarias, ¿cómo queremos que sea Internet en el futuro? ¿Debería ser una red descentralizada para la conexión social sin mediaciones y para crear, intercambiar y compartir información, sea pública o privadamente, como nosotros deseemos? ¿Vamos a tener aplicaciones para mejorar las condiciones de vida, educación y desarrollo para todos y todas; servicios que garanticen la privacidad de nuestros datos; tecnología en la que nuestras comunidades puedan confiar y que controlen de forma colectiva? ¿O será una red centralizada de vigilancia, controlada por un puñado de gobiernos y monopolios corporativos que tienen una continua microvisión de nuestros espacios de interacción; mercantilizan nuestra información; extraen exorbitantes ganancias al vender nuestros datos personales; y supervisan nuestras actividades en línea e incluso (cada vez más) fuera de la red. ¿Qué Internet queremos?

Desde el inicio del Internet, ambas tendencias están presentes, pero Internet está evolucionando aceleradamente hacia el segundo escenario, a medida que las grandes corporaciones transnacionales concentran su control en la red y los servicios de seguridad, tales como la Agencia de Seguridad Nacional -NSA- de EEUU y sus cercanas aliadas, llevan a cabo ese monitoreo tan penetrante.  El control centralizado de las comunicaciones internacionales y los datos, junto con el vacío de controles legales y mecanismos de equilibrio aplicables globalmente, conduce a una acumulación de poder global en unas pocas manos.  Esto, no solo amenaza exacerbar aún más las desequilibrios de poder y riquezas, sino que incluso podría socavar los fundamentos de las sociedades democráticas. 

Entonces, ¿qué se puede hacer para revertir esta tendencia, antes de que se instale en forma irrevocable en el ADN de Internet, y se vuelva “normal”? En particular, ¿cómo pueden las organizaciones que trabajan para la justicia social, la democracia, los derechos de la comunicación, el software libre y abierto, la neutralidad de la red o la amplia gama de los derechos humanos, así como para el empoderamiento de la ciudadanía por encima de los gobiernos y corporaciones, contribuir a construir el Internet de los pueblos?

Este llamado a un Foro Social de Internet propone crear un espacio global, para precisamente tomar en cuenta estas problemáticas; en el cual vamos a debatir sobre el Internet que queremos, compartir información sobre nuestros esfuerzos y luchas por la democracia, los derechos humanos y la justicia social en relación a Internet y elaborar agendas de acción colectivas.

¿Por qué un Foro Social? El Foro Social de Internet (FSI) está inspirado en los procesos del Foro Social Mundial (FSM) y su visionaria convocatoria de que “Otro mundo es posible”; estamos sugiriendo que “Otro Internet de los pueblos es posible”. Recordando la Carta de Principios del FSM, que apela a un proceso de globalización diferente al “comandado por las grandes corporaciones multinacionales y por los gobiernos e instituciones que sirven a sus intereses”, apostamos a un Internet desde abajo, controlado por el pueblo, incluyendo a quienes aún no están conectados.

La Carta de Principios del FSM presenta la visión de una globalización solidaria “como una nueva etapa en la historia del mundo”, marcada por el respeto universal de los derechos humanos y del medio ambiente y basado en sistemas democráticos internacionales e instituciones al servicio de la justicia social, la equidad y la soberanía de los pueblos. Concebimos al FSI como un paralelo directo a esos esfuerzos, pero dentro de la esfera de Internet y su gobernanza.

Desde su primera edición en Porto Alegre, en 2001, el FSM ha sido concebido como la oposición de los pueblos a las élites del Foro Económico Mundial (FEM) de Davos, a las que ahora conocemos como el 1% —los sectores que representan y se benefician de las medidas de austeridad impuestas por los banqueros, de la globalización del capital y del dominio ideológico e institucional del neoliberalismo—; y ahora también en su nueva reencarnación en Internet, la “Iniciativa NetMundial” -NMI-, recientemente lanzada por el Foro Económico Mundial. La NMI del FEM representa el intento de las élites para proveer soluciones, de acuerdo con sus intereses, respecto a los asuntos globales relacionados con políticas públicas, lo cual simplemente es un paso más en el esfuerzo continuo del FEM para afianzar la hegemonía política de las corporaciones globales y el 1% global. El proceso del FSM se presenta como el espacio más obvio y apropiado para lanzar un movimiento por un Internet del Pueblo, en vez de un Internet en función de los intereses de las élites económicas y políticas del mundo globalizado.

Más allá de los asuntos técnicos de estándares y administración de nombres de dominio, la gobernanza de Internet estará llamado cada vez más a buscar respuestas adecuadas a asuntos de justicia social y económica y de derechos humanos, que emergen a medida que Internet impacta más ampliamente en la sociedad. La gobernanza de Internet se debe llevar a cabo basándose en los mismos principios y mecanismos democráticos que esperamos en otras esferas de nuestras vidas.

El Foro Social de Internet estará abierto a la participación de todos aquellos que acogen la filosofía y los valores del FSM, y creen que el Internet global debe evolucionar acorde al interés público. Se fundamentará en valores democráticos, de derechos humanos y justicia social. Promoverá la formulación participativa de políticas y el control social sobre las tecnologías sociales, como sucede con el movimiento de los medios comunitarios. Buscará un Internet con una arquitectura realmente descentralizada y basada en el pleno derecho de las personas de tener el control sobre sus datos, información y conocimientos, así como otros bienes comunes que Internet ha permitido que la comunidad mundial genere y comparta.

El Foro propone también el lanzamiento de un proceso desde las bases para elaborar el Manifiesto del Internet de los Pueblos, involucrando a todos los grupos sociales, comunidades y movimientos interesados en las distintas regiones, a técnicos y actores de las TICs para el desarrollo, a sectores pro democratización de los medios, a los movimientos por la democracia, a organizaciones que luchan por los derechos de las mujeres y a defensores de la justicia social.

Próximos Pasos: Se llevará a cabo un taller de planificación preliminar en marzo durante el FSM 2015, en Túnez, titulado Organizando un Foro Social de Internet-Un llamado para ocupar Internet. El Foro Social de Internet está planificado para finales del 2015 o inicios del 2016.  Se facilitarán condiciones para la participación remota.

Cómo Participar: Siendo una iniciativa popular, cualquier persona que esté motivada a defender el interés público será bienvenida. Sin embargo, para mantener congruencia con algunos valores básicos, seguimos los criterios de participación definidos por el Foro Social Mundial, los cuales se encuentran aquí: https://fsm2015.org/es/criterios-de-participacion. Cualquier persona que cumple con estos criterios, puede unirse, enviando un email a la dirección indicada a continuación. 


Contactos regionales:

Europa, Norbert Bollow. Email: NorbertB@InternetSocialForum.net
Asia/Oceania, Rishab Bailey. Email: RishabB@InternetSocialForum.net
África, Alex Gakaru, Email: AlexG@InternetSocialForum.net
Norte América ,Michael Gurstein, Email: MichaelG@InternetSocialForum.net
America Latina, Sally Burch, Email: SallyB@InternetSocialForum.net

Lista inicial de organizaciones participantes

Advocates of Science and Technology for the People, Philippines
Agencia Latinoamericana de Información, Regional
All India Peoples Science Network, India
Alternative Informatics Association, Turkey
Arab NGO Network for Development, Regional
Bangladesh NGOs Network for Radio and Communication(BNNRC), Bangladesh
Association for Proper Internet Governance, Switzerland
Centre for Community Informatics Research, Development and Training, Canada
Chaos Computer Club Schweiz, Switzerland
CODE-IP Trust, Kenya
Computer Professionals Union, Philippines
Digital Empowerment Foundation, India
Foro de Comunicación para la Integración de Nuestr'América, Regional (América Latina)
Free Press, USA
Free Software Movement of India, India
Fundación-Redes-y-Desarrollo, República Dominicana 
Global_Geneva, Switzerland
GodlyGlobal.org, Switzerland
Institute for Local Self-Reliance - Community Broadband Networks, USA
Instituto del Tercer Mundo, Uruguay
International Alliance on Information for All (IAIA), Global
IT for Change, India
Just Net Coalition, Global
Knowledge Commons, India
Open-Root/EUROLINC, France
Other News, Italy
P2P Foundation, Global
Project Allende, Ireland and Argentina
SLFC.in, India
Solidarius (Solidarity Economy Network), Italy
Southern Africa Telecentre Network(SATNET), Zambia
The Network Institute for Global Democratization, Finland
The New Power by Synthecracy Movement, Global
Transnational Institute, Global
Verein grundrechte.ch, Switzerland
Young Internet Professionals, Africa
Surysur , Regional (América Latina)
Argentina Hub for Internet Governance, Brazil
Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA), Regional (América Latina)
Action Aid, India
Media Rights Agenda, Nigeria
Fundación Casa del Bosque, Colombia
Forum for a new world governance, Argentina
Asia Pacific Forum on Women, Law and Development, Thailand
Indigenous Environmental Association of Panama, Panama
Revista Question, Regional (América Latina)
WilhelmTux-Kampagne für freie Software, Switzerland
"National Movement for Hope" of Mexico, Mexico
Noticias de América Latina y el Caribe (NODAL), Regional (América Latina)
1st-Mile Institute, USA
Periódico Desdeabajo, Colombia
Studio 12 - Electronic & TV Media, Slovenia
Association for Culture and Education – PiNA, Slovenia
Institute for Electronic Participation, Slovenia
Digitale Gesellschaft Schweiz, Switzerland
Appropriate Technology Promotion Society (ATPS) India
Swiss Open Systems User Group /ch/open, Switzerland
Isis International
VOICE, Bangladesh 



Mas informacion: http://alainet.org

Te invitamos a sostener el trabajo de ALAI. 
______________________________________
Agencia Latinoamericana de Informacion

domingo, 8 de febrero de 2015

Ellos y nosotros. Por: Fernando Araújo Vélez

El caminante. ELESPECTADOR.COM

Ellos y nosotros

Fernando Araújo Vélez
A nosotros nos enseñaron a temerle a la muerte; ellos nacieron viéndole el rostro todos los días, y sin ese miedo la asimilaron y ya no les importa matar o morir.
Por: Fernando Araújo Vélez
A nosotros nos educaron en las leyes; ellos supieron desde siempre que las leyes son maleables, y que se compran y se venden, y las compraron cuando las necesitaron, y las cambiaron a su antojo cuando ya no les sirvieron, pero fundamentalmente nacieron sin más ley que las de la familia, y a sus leyes las llamaron códigos. A nosotros nos atafagaron de mandamientos: amarás, no robarás, no desearás; para ellos los únicos mandamientos son vivirás, acumularás y comprarás. A nosotros nos aleccionaron con vivir para el futuro; ellos viven el presente. A nosotros nos infundieron culpas y nos amenazaron con el infierno en vida si no obedecíamos y el infierno después de la muerte si pecábamos; ellos viven libres de culpa porque las han heredado todas, y libres de infiernos porque nacieron en un infierno.
A nosotros nos colgaron un horario; ellos son su propio horario. Nosotros nos jactamos de bellas palabras como libertad, solidaridad, respeto, amor, prudencia; para ellos sólo importa una: poder. A nosotros nos vendieron apartamentos, casas, fincas; ellos las compraron. Nosotros vivimos en la superficie; ellos, en una prisión protegida por guardias que hacen parte de su nómina, desde donde negocian, mandan matar, se protegen, se desamparan, se traicionan, aman y odian. Nosotros fundamos periódicos y radios y televisiones; ellos consignan para que esos medios digan lo que les conviene. Nosotros nos ufanamos de nuestros libros, pinturas, películas y discos; ellos le pagan por debajo de cuerda al artista más renombrado para que les pinte un cuadro del Divino Niño Jesús. Nosotros intentamos dejar un legado; ellos impusieron su cultura de camionetas, oro, estridencias, vivezas y yo no me dejo.
Nosotros conversamos y discutimos; ellos deciden. Nosotros jugamos; ellos compraron los juegos. Nosotros creamos las instituciones y nos desgañitamos hablando de democracia; ellos las infiltraron y se las apropiaron. Nosotros multiplicamos la burocracia; ellos la aprovecharon. Nosotros inventamos una policía y un ejército cuyos salarios oficiales provienen de nuestros impuestos; ellos los convirtieron en el más visible de sus anillos de seguridad. Nosotros les decimos mafiosos; ellos nos dicen ingenuos.
  • Fernando Araújo Vélez | Elespectador.com

La indeterminación del cese al fuego.

31 ENE 2015 - 10:00 PM.    ELESPECTADOR.COM

La indeterminación del cese al fuego

Alejandro Reyes Posada
Thomas Schelling, en su obra maestra La estrategia del conflicto, analiza la lógica de las situaciones indeterminadas, que se aplica al problema del cese al fuego bilateral.
Por: Alejandro Reyes Posada
Ante la incertidumbre que provoca la idea de cesar combates contra las guerrillas si ellas lo aprovechan para fortalecerse, vale la pena valorar las ventajas de restringir la conducta propia para obligar al adversario, como explica Schelling:
“La esencia de estas tácticas es algo de sacrificio voluntario pero irreversible de libertad de escogencia. Descansa en la paradoja de que el poder para constreñir un adversario puede depender del poder para obligarse uno mismo; que, en negociaciones, debilidad es a menudo fortaleza, libertad puede ser libertad de capitular, y quemar puentes atrás de uno mismo puede deshacer al oponente”.
El cese al fuego bilateral debe ser acordado entre las partes. En sentido estricto, es la decisión de cada parte, Estado y guerrillas, de no atacarse mutuamente. Pero en un sentido más amplio, el Estado no puede abandonar la seguridad de la población, en especial la que vive en regiones de presencia guerrillera, mientras las guerrillas, en cambio, no pueden seguir actuando como organizaciones que emplean la violencia o la amenaza de usarla para sus propios fines, en sus relaciones con la población. El cese al fuego de las guerrillas incluye detener prácticas como el reclutamiento de menores, la extorsión, los negocios ilegales, los asesinatos y el secuestro. El campo de acción que resta a las guerrillas es prepararse para la reinserción a la sociedad y la participación política, así como para cumplir sus obligaciones de confesar la verdad, reparar a sus víctimas y prevenir la repetición.
El Gobierno tiene la responsabilidad de crear un entorno seguro para la desmovilización de las guerrillas y eso supone garantizar el control territorial sobre las otras formas de criminalidad organizada, hasta recuperar los controles locales de pandillas y mafias. Cesar operaciones ofensivas contra las guerrillas permite al Gobierno, por ejemplo, ampliar la seguridad de los reclamantes de restitución de tierras y reducir la criminalidad común. El cese al fuego por parte de las guerrillas exige también acelerar la identificación y erradicación del fuego diferido hacia el futuro, pues no son otra cosa las minas antipersonales que han sembrado profusamente en el territorio.
El cese al fuego en sentido amplio exige también al Gobierno cambiar los parámetros de su estrategia de seguridad, para excluir definitivamente las hostilidades contra las organizaciones sociales que son perseguidas como afines a los intereses de las guerrillas.
Como el país está lleno de otras organizaciones de violencia distintas a las guerrillas, la verificación del cese al fuego bilateral es imposible. El compromiso mutuo consiste en restringir sus hostilidades armadas contra los adversarios y contra la población, para verificar la paradoja de que debilidad es fortaleza, que el Estado puede desactivar con mayor eficacia la violencia guerrillera absteniéndose de atacarla, mientras se concentra en recuperar plenamente el control territorial en defensa de la población.

* Alejandro Reyes Posada
  • Alejandro Reyes Posada | Elespectador.com

El rastro de la sangre por YEZID ARTETA DÁVILA

2015/01/09 16:30

El rastro de la sangre

A los victimarios de mi padre quiero decirles que llevo mucho tiempo preparándome para perdonarlos, dijo un joven caribeño en un foro de víctimas en el exterior.
 Yezid Arteta.
Comiendo en un restaurante me he cortado la lengua al morder las carrilleras del cerdo y desde entonces no he parado de sangrar. Es invierno y el viento de tramontana hiere sin clemencia los acantilados de la Costa Brava. Llevo más de media hora sangrando y viene a mi cabeza la muerte de la espléndida Nena Daconte durante un violento invierno en París a causa de una espina de rosa que le pinchó un dedo durante su luna de miel con el cadenero Billy Sánchez.

He llegado hasta Portbou a celebrar mi cumpleaños en solitario y ver qué rumbo tomar. Qué hacer con mi vida. En una pensión de este pueblo pirenaico puso fin a su vida el gran pensador del siglo XX Walter Benjamin, mediante una potente dosis de morfina, para evitar que sus carnes y su pensamiento fueran llevados por los agentes de la Gestapo hasta un campo de exterminio nazi. Sucedió en el otoño de 1940. Un mes más tarde, Hannah Arendt fue a visitar la tumba de su amigo Walter Benjamin.    

Abrigándome con una chaqueta, un gorro y unos guantes me dirijo hasta el monumento que Dani Karavan hizo “al hombre, al filósofo, al cronista, al crítico, al partidario de nuevas ideas”. Yo mismo estoy en deuda con Walter Benjamin, respondió cuando le pidieron desde Alemania el diseño de la obra con poco presupuesto. Para este homenaje el dinero es lo de menos, sentenció.  

Desciendo por las escalas metálicas del monumento hasta chocarme contra una barrera de cristal duro desde el que se observa el oleaje del Mediterráneo. El mar me vuelve hasta el Caribe y pienso en aquel día que tomé la decisión de irme a defender mis ideas con las armas porque un general me explicó, desde su puesto de mando y luego de un largo interrogatorio a ojos vendados y sin defensa, que una de las misiones del Ejército era combatir la ideología marxista. Esto lo expuso con naturalidad. En el tono que emplea un padre para aconsejar a su hijo. El general era mayor de 50 y yo apenas cumplía 19 años. 

En un reportaje escrito por Gabriel García Márquez para la revista italiana L’Espresso, en abril de 1977, el nobel confesaba haber visto en sus escondites a guerrilleros montoneros cambiando pañales o dándoles biberones a sus hijos mientras debatían sobre táctica y estrategia. En ese mismo reportaje Gabo le pregunta a Mario Eduardo Firmenich, el hombre más buscado por los militares argentinos por aquella época, si la dureza de la lucha y el peligro no terminan por deshumanizar a un combatiente. 
 
Por muy humanistas que sean los fines de una causa, opino desde lejos, la guerra lleva a los combatientes hasta cierto nivel de deshumanización. La primera vez que ves morir a un camarada, lloras. A la siguiente muerte, te lamentas. Luego, siguen más muertos, y desde entonces todo aquello lo asumes como gajes del oficio o de la causa y terminas creyendo que cada combatiente forma parte de un engranaje que, como una tuerca o un tornillo, puede ser relevado cuando se quiebra. 

Pero eso no significa que en la memoria sensitiva del combatiente desparezcan valores como el amor, la piedad, el perdón, la pasión, la caridad o la justicia. La guerra tiene momentos de pausa y es entonces, en esas largas noches de silencio que se viven en los campamentos de campaña, cuando el guerrero recobra su humanidad. Esto sólo lo puede entender un soldado o un guerrillero. Esos políticos locos que trinan como aves de guerra no entienden de eso.

Es un trance por el que deben pasar los excombatientes: soldados, policías y guerrilleros. Si algo queda de humanidad en la inhumana sociedad colombiana, no estaría mal que ésta obtuviera un consenso político que facilite a los hombres y mujeres que por distintos motivos echaron tiros para defender o derrocar al Estado, su vuelta a la normalización social y política. Cuando ha corrido tanta sangre y por tantos años, las salpicaduras han alcanzado hasta a los más inocentes. 

Varias clases de guerras han sucedido y suceden en Colombia. Ninguna ha sido o es limpia. Gente que nunca disparó un tiro o empleó un machete para descuartizar cristianos fue o es más fanática y cruel que los que andan por allí con la pistola o el cuchillo llevando a la severa práctica lo que otros pensaban o piensan. En un país como Colombia es posible que esta clase de fanáticos hagan y apliquen leyes como si no fuera con ellos.   

Los testimonios de los soldados y policías que han quedado mutilados o ciegos por los ataques con explosivos son desgarradores y sólo un miserable podría regocijarse con la suerte que padecen. Dramas similares soportan los guerrilleros mutilados por la metralla y que esperan en una cárcel que sus vidas se normalicen y vuelvan a juntarse con los suyos, con la tierra, con las sementeras y los animales del huerto. 

A los victimarios de mi padre quiero decirles que llevo mucho tiempo preparándome para perdonarlos, dijo un joven caribeño en un foro de víctimas en el exterior. Su padre, un militante de izquierda, fue baleado un 31 de diciembre en La Guajira. Mientras las mujeres le echaban una mirada a la olla para ver cómo iba el sancocho, había alguno por allí alistando la pistola 9 mm para arruinar la fiesta. Y lo consiguió. Dejó a las mujeres llorando y al niño huérfano. Un crio de nueve años. 

Colombia es una sociedad violenta desde que nació como república. Hay analistas que tienen la cabeza puesta en Dinamarca, por ejemplo, y se olvidan de lo ardiente que es la tierra colombiana y proponen salidas imposibles para una guerra que ya no tiene ni pies ni cabeza. Hagamos la paz a lo criollo, me dijo un excoronel del Ejército que recaba documentación para reconstruir la memoria de los militares caídos en esta guerra. Así es, le dije, entre colombianos. Cerrar bien ese dilatado capítulo de violencia y ver cómo abrimos otro bajo un listón de valores diferente, sano.   

Sigo en Portbou. Con la lengua sangrante. Le pregunto a una mujer por el puesto de salud y me explica que queda a una cuadra. Me dirijo hacía allí. No hay nadie salvo una dependiente y una médica joven. Les pasó mi carné de salud pública y les explico. La médica me pone un líquido sobre la lengua y presiona con una gasa sobre el corte. Nada. No hay manera de parar la sangre. Me dice que va a ordenar una ambulancia para que me lleve hasta el hospital de Llança y puedan allí suturarme la herida. No, le dije, ya veré como me las arreglo. Salí de allí a curarme la herida a lo colombiano.  

En twitter: @Yezid_Ar_D

Blog: https://yezidarteta.wordpress.com/author/yezidarteta/