lunes, 18 de mayo de 2015

El rompecabezas del despojo. Por: Redacción Judicial.elespectador.com

17 MAYO 2015 - 9:03 PM
El rompecabezas del despojo
Detalles de una sentencia histórica, la que profirió la Sala de Justicia y Paz del Tribunal de Medellín para sintetizar la forma como el paramilitarismo se apropió de Córdoba.
Por: Redacción Judicial
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Antes de que la guerra cambiara su destino, Córdoba era una zona privilegiada de Colombia. Cruzada por los ríos Sinú y San Jorge, en medio de una exuberante riqueza hídrica de múltiples ciénagas y humedales, su territorio de sabanas y ramificaciones montañosas de la cordillera Occidental era un emporio de biodiversidad. Sin embargo, por estar situada entre Antioquia y la costa Caribe, era también una región con alto valor estratégico y, cuando su economía primaria perdió su vocación, entró en la ruta del conflicto.
Esta transformación social está resumida en una sentencia histórica. La que profirió hace pocos días la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín, que además de esclarecer por qué Córdoba se volvió eje de la expansión paramilitar en Colombia, dio una orden judicial inédita: exhortar al Estado a identificar y adoptar mecanismos de rendición de cuentas de los empresarios, comerciantes y personas de los sectores público y privado que promovieron o patrocinaron esta expresión criminal.
Un esfuerzo por la verdad con un contexto específico: todo empezó cuando el uso de la tierra en la zona se transformó drásticamente y la ganadería forzó la tala de bosques o la introducción de pastos artificiales y alambres de púas. Impulsada por empresarios antioqueños y cordobeses, esta dinámica rompió la coexistencia pacífica entre terratenientes, campesinos e indígenas, poco a poco fue ampliando la frontera agrícola y finalmente precipitó enconadas luchas por la concentración de la tierra.
Se hizo evidente una estructura desigual en su tenencia, se redujo la producción y comercio de productos como la yuca, el arroz o el maíz, y la ganadería extensiva empezó a mandar. Con el tiempo, en el marco de la violencia bipartidista de los años 40 y 50, se dieron dos complejas situaciones: confrontación entre guerrillas liberales y grupos conservadores y expulsión de amplias capas del campesinado cordobés hacia el Urabá antioqueño. En la década de los años 60 el asunto ya era crítico.
Entonces Córdoba —elevado a la categoría de departamento en 1952— se volvió enclave de los dilemas políticos de la época. A instancias de la reforma agraria impulsada por el gobierno de Carlos Lleras (1966-1970), junto a Sucre se convirtió en epicentro del más importante movimiento social de la segunda mitad del siglo XX, la Asociación de Usuarios Campesinos (Anuc), pero también fue de las primeras regiones en las que se aplicaron normas expedidas bajo inspiración de la doctrina de seguridad nacional.
A través del decreto 3398 de 1965, el Ministerio de Defensa estaba habilitado para entregar armas a civiles que ayudaran a preservar el orden público y en Córdoba aparecieron las Juntas de Defensa Civil para enfrentar “el envalentonamiento de los campesinos”. El panorama se agravó en 1967 cuando apareció el Ejército Popular de Liberación (Epl) y escogió esa zona para su expansión. Luego, en los años 70, llegaron las Farc. A la pelea por la tierra, la guerrilla sumó el homicidio, la extorsión, el robo, el abigeato y el secuestro.
Una década después, la región ya era un territorio de guerra. A la defensa de la propiedad, con formas de justicia privada o estrategias de seguridad nacional terminó agregándose el narcotráfico, que tuvo en Córdoba una de sus principales zonas de propagación. Se dio una confluencia de intereses como expresión contrainsurgente y, en medio de la tradición de defensa civil armada para proteger hacendados y terratenientes, surgió el narcoparamilitarismo de los hermanos Fidel, Vicente y Carlos Castaño.
Aunque en 1989 la Corte Suprema de Justicia echó abajo las normas que desde los años 60 permitían a las Fuerzas Armadas compartir el monopolio de las armas con civiles, ya la casa Castaño había convertido la región en ríos de sangre. A finales del gobierno Gaviria, a través del decreto ley 356 de 1994, se creación las Cooperativas de Vigilancia y Seguridad Privada, y las Convivir, como fueron llamadas, se convirtieron en nueva mampara para que el paramilitarismo consolidara su hegemonía militar en la zona.
La investigación de 646 páginas del Tribunal de Medellín, con ponencia del magistrado Rubén Darío Pinilla, detalla la acogida que tuvieron las Convivir en Córdoba. La mayoría de licencias fueron expedidas por el exgobernador Carlos Miguel Buelvas o su secretario de Gobierno, Benito Osorio, hoy procesado por concierto para delinquir, lavado de activos, desplazamiento forzado y apropiación de bienes, en conexión con el paramilitarismo. A finales de los años 90 ya había 17, dos de ellas lideradas por Salvatore Mancuso.
Recogiendo la confesión de Fredy Rendón, alias el Alemán, la sentencia detalla como las convivir Horizonte y Guaimaral eran de Mancuso. La llamada Abibe pertenecía a Jesús Ignacio Roldán, alias Monoleche. La Nuevo Amanecer era de Rodrigo Peluffo, alias Cadena, y Francisco Piedrahíta. La Arrayanes, de alias Juancho Prada. La Devayan, de alias Julián Bolívar. El control paramilitar era absoluto y además del apoyo de terratenientes, ganaderos o comerciantes, pronto se sumaron los dirigentes políticos.
La providencia detalla la forma como se transformaron las casas políticas tradicionales, de qué manera algunos de sus dirigentes históricos cayeron en el escándalo del proceso 8.000 por nexos con el narcotráfico, y cómo después se dio el relevo familiar por otros que terminaron envueltos en la redada de la parapolítica. Literalmente el paramilitarismo capturó el Estado local, fijó reglas sobre la contratación pública o concertó pactos para controlar la representación en Congreso, asambleas y concejos municipales.
Pero no sólo extendió sus redes a la política, también penetró la administración de justicia, los organismos de inteligencia, el sistema carcelario, las Fuerzas Armadas o la Universidad de Córdoba. El fallo detalla uno a uno los episodios de corrupción o violencia para ejercer ese poder. Hasta el periodismo que, según la decisión judicial, al menos desde el diario El Meridiano, promovió una estrategia de ocultamiento ante la grave crisis humanitaria que vivió el departamento por la acción de los grupos de autodefensa.
La sentencia condena a unos cuantos desmovilizados del paramilitarismo cuyos nombres poco o nada dicen; ordena reconocer como víctimas a una interminable lista de personas o grupos familiares violentados; exhorta a diversas entidades públicas y privadas a repararlos; y declara textualmente que el Estado, la Gobernación de Córdoba y la Alcaldía de Montería, entre otras instancias oficiales, son responsables por acción y omisión de las graves violaciones a los derechos humanos perpetradas con total impunidad.
El documento termina con la compulsa de copias para que se investigue a una decena de personajes entre empresarios, miembros de la Fuerza Pública, fiscales, jueces o periodistas. No se incluyó la sugerencia de uno de los desmovilizados, en el sentido de que fueran indagados todos los notarios de Córdoba desde 1985 a la fecha. De cualquier manera, la decisión del Tribunal de Medellín aporta las piezas claves para armar el rompecabezas del despojo en el privilegiado y también victimizado departamento de Córdoba.
El ponente de la sentencia
El magistrado de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín, Rubén Darío Pinilla, es el mismo funcionario judicial que en 2013 pidió que el ex presidente Álvaro Uribe fuera investigado por presuntos nexos con el paramilitarismo.
Abogado de la Universidad de Antioquia y funcionario judicial desde los 22 años, el magistrado Pinilla se ha distinguido por sus investigaciones sobre la incidencia de la ilegalidad en Colombia.
En su libro ‘El Estado ilegal’, el magistrado Pinilla detalla cómo a través de decretos de Estado de Sitio u otras fórmulas jurídicas, las autoridades le han dado un manejo equivocado a los temas de guerra y paz. Ahora, en su condición de integrante de la Sala de Justicia y Paz, ha dictado sentencia respecto a importantes capítulos de la violencia colombiana de los últimos tiempos.
En esta ocasión lo acompañaron la magistrada María Consuelo Rincón y el magistrado Juan Guillermo Cárdenas con salvamento parcial de voto.
Enclaves de un estado capturado
En la providencia de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal de Medellín se mencionan varios personajes que resultaron fundamentales para la expansión del paramilitarismo en Córdoba.
Por ejemplo, el ex congresista liberal, Miguel Alfonso De La Espriella, condenado por el delito de concierto para delinquir. O los ex congresistas Juan Manuel López, Mario Salvador Náder, también condenados por la justicia.
La decisión ordena investigar a cinco ex fiscales, entre ellos a Luis Javier Cepeda Visbal. Lo mismo que a la sargento Luz Mary Soto, adscrita a la Policía de Montería. De igual manera a los particulares Pedro Pablo Beltrán, Casimiro Torres Medrano, William Sayeg, Pedro Ghisays, Manuel Troncos, Carmelo Cogollo, Pablo Enrique Triana, Rubén Darío Obando, Luis Eduardo Barreto y Regis Amadeo Martínez.



jueves, 7 de mayo de 2015

Crisis terminal del capitalismo o crisis terminal de la humanidad Pablo González Casanova

o Informativo "Alai-amlatina" - - -
Crisis terminal del capitalismo o crisis terminal de la humanidad

Pablo González Casanova

ALAI AMLATINA, 07/05/2015.- La enorme contribución de creencias y religiones a la emancipación de nuestra América es uno de los grandes legados que tenemos y al que se añadió –entre luchas contra las oligarquías y los imperios, la fuerza de un liberalismo radical, que más que una ideología es parte esencial de nuestra cultura, tan viva hoy en la lucha por la libertad como en la nueva y enredada lucha de clases y contra el imperialismo.

La creación de espacios laicos en plazas, escuelas y universidades dio a la lucha por la Independencia y la libertad armas notables que se renovaron por pensadores, políticos y revolucionarios del más alto nivel. Muchos de ellos desde siglo XIX han enriquecido nuestras revoluciones con los más variados combates y pensamientos. En todos estos sobresalen con valiosas aportaciones, los zapatistas y sus sucesores en México y La Lacandona, así como los descendientes de Túpac Amaru y otros movimientos indios de América del Sur, que desde hace más quinientos años no han dejado de combatir por sus tierras y sus ideas, y a los que el movimiento boliviano, con Evo Morales y Álvaro García Linera enriquecen con planteamientos de una democracia y un socialismo pluri-étnicos.

A esa variedad de luchas se añaden otras más que siguiendo la vía pacífica de la Unidad Popular y de Salvador Allende en Chile, dan hoy primordial importancia a que del ejército salgan quienes apoyen a su pueblo con férrea lealtad y profundo compromiso moral e ideológico. El general cristiano y revolucionario Hugo Chávez, diestro en la teoría, la política y las armas añadió a la memoria y la imaginación creadora de los movimientos anteriores la contribución insistente de que el socialismo será obra del pueblo o no será, y al mismo tiempo reformuló los planteamientos bolivarianos que enriquecen a la Revolución Latinoamericana y que contribuyen a unir en un proyecto común, contra las intervenciones extranjeras, a todos los dirigentes de América Latina, --tengan la ideología y la posición política que tengan-- para que se unan en la defensa de sus integrantes a fin de que, como un solo bloque, actúen en un mundo dominado por bloques. Al mismo tiempo que Chávez planteó ese proyecto continental y por un mundo en que impere la paz, en su país se propuso emprender una clara lucha por la democracia, la independencia y el socialismo. Chávez se sumó así a quienes en América Latina han hecho importantes contribuciones a la emancipación y la vida humana, desde Cuba, Chile, el Sureste Mexicano, Bolivia y Ecuador.

La originalidad de esas contribuciones, y el hecho de que, América Latina haya sido calificada como la región de avanzada mundial en los nuevos planteamientos por la emancipación, nos induce a pensar en términos locales y universales, sin esperar a que éstos nos vengan de Heidelberg o París como originales a copiar, y sin olvidar que cada movimiento emancipador actuará a su modo, desechando recetas que supuestamente se deben aplicar en todo tiempo y lugar, pero aprovechando conceptos derivados de las más variadas experiencias, y que se repiten aquí y ahora, y aun en esas más concretas hay que ver cómo se comportan en las circunstancias en que cada movimiento actúa.

Con este ánimo tenemos hoy que redefinir claramente el mundo que queremos para que se vea que no estamos hablando por hablar. Tenemos que redefinir y materializar palabras como libertad, justicia y democracia, de las que muchas veces se ha perdido la atención, la memoria y la práctica de su significado verbal y actual. Redefinirlas y materializarlas es parte de una tarea universal, pues en un momento de crisis mundial de las ideologías, como el que vivimos, nosotros mismos usamos esas palabras sin ver cómo las hemos redefinido y cómo las hemos materializado.

Estoy seguro que ningún mensaje es más urgente y necesario que plantear la preservación de la vida en la Tierra, la emancipación del ser humano, y la organización local, regional y global de colectividades y colectivos de jóvenes, de pueblos, de trabajadores, de campesinos, de profesionales, que honren su palabra, articulen su voluntad y materialicen su experiencia, dominen su información, y su forma de dialogar y acordar con serenidad y firmeza para defender efectivamente la libertad y la vida

No quiero extenderme mucho. Me limitaré a definiciones que tengan que ver con la lucha actual, real y material.

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Empezaré por la palabra democracia que es la más vinculada al qué hacer y cómo hacerlo, la más instrumental. Por democracia entendemos que las grandes decisiones las tome el pueblo, y que en última instancia sea comportamiento obligado que el pueblo diga qué hacer o qué medida tomar, y que en las decisiones de riesgo se diga antes de la decisión ¿cuál medida se debe tomar y qué riesgos es preferible asumir?

Para que no se quede en palabras reconocer que corresponde al pueblo eso que llaman soberanía, hoy podemos combinar las técnicas más antiguas de la democracia directa, en localidades o empresas donde todo mundo se conoce, con las nuevas técnicas de la comunicación, información, organización. Con unas y otras podemos enfrentar los problemas a resolver, pero ya sin contraponer como un todo abstracto las organizaciones horizontales y las verticales, sino viendo qué tipo de organizaciones pueden permitirnos el logro más eficiente de nuestros proyectos emancipadores.

En terrenos como los órganos de defensa, y muchos de gobierno y administración, en especial los de servicios especializados como la salud, la construcción urbana o de presas y caminos, y otros servicios de gobierno, de defensa y educación, podemos combinar las organizaciones de tareas jerárquicas con organizaciones de tareas coordinadas y, al mismo tiempo, podemos promover las organizaciones de comunidades y sistemas de comunidades, de cooperativas  y sistemas de cooperativas, aisladas o relacionadas entre sí.

En la organización de la vida, y de la democracia, a los flujos de información se añadirán los de bienes y servicios. Y en toda esta organización de organizaciones, las vanguardias y los especialistas tomarán muy en cuenta las experiencias pedagógicas del aprender a aprender, las que nos vienen de Paulo Freire entre muchos otros, y en que para la defensa y el gobierno de regiones y naciones enteras por ellas mismas, ha destacado la revolución cubana, lo que le ha permitido resistir más de cincuenta años de bloqueo imperialista, y mantenerse como estrella solitaria, tras la dramática caída del campo socialista. Semejante poder de la pequeña Isla de Cuba sólo puede explicarse si está uno abierto a entender que en la gran lucha por “el mundo moral” y combativo, Cuba construyó y materializó una nueva categoría, la del Estado-Pueblo, o Pueblo-Estado.

A esas experiencias se añade en forma, no menos creadora, la que por la autonomía, la Libertad, la Justicia y la Democracia emprendieron el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y los descendientes de los pueblos mayas, que hoy nos convocan, y cuyas aportaciones al diálogo político, al “aprender a aprender” del discurso que combina narrativas, reflexiones, razón e imaginación, se añade una estrecha unión o fusión entre actos y palabras, entre “palabras--cosas--creaciones”, caminos todos que han sido y son objeto de admiración mundial, en especial por la juventud. Todos ellos también explican la capacidad de resistir asedios y embates más de veinte años.

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En cuanto al esbozo combativo de la Libertad, debo decir que en la libertad veo entre los muchos sentidos que tiene el que destaca moral y política, así como el de quienes no temen conocer la verdad sobre el mundo en que vivimos ni las mejores formas de enfrentar los problemas por poderosos y agresivos que sean los intereses que amenazan… “Para conocer… –nos dijo un miembro de la Junta de Buen Gobierno de una comunidad de la Selva- lo primero que tenemos es que perder el miedo”. Jamás había oído expresar de manera tan clara esa teoría del conocimiento ni exponer un problema que atañe a pueblos y letrados, sobre todo ahora en que la moral se ha ido a la guerra. Y aquí empiezo a hablar de la moral de la integridad, de la que cuida quien tiene una conducta intachable. Y más ahora que el enemigo, entre modelos y escenarios formalizados, virtuales y reales, usa la clásica “política de la zanahoria y el garrote”.

Un hombre íntegro, intachable está al amparo de los chantajes y presiones del enemigo a quien se vendió…

Al que se vende le recuerda quien lo compró: “Remember, you are my man”. (“Nomás acuérdate que ya te compré y de lo que puedo decir y hacer decir de ti…”)

El vendido vive bajo la amenaza de que den a conocer sus manchas y tachas quienes lo compraron, y hasta de ser condenado por los jueces, si no obedece en todo lo que le exige, auque sea más y más.

Si la Libertad se da en los orígenes del pensar, decir y hacer, la Libertad se enriquece con la batalla de quien ni se vendió ni se rindió.

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Acerca de la Justicia es importante recordar que estamos luchando tanto por la justicia personal como por la social. Nada menos que por una y otra, construidas desde abajo y por los de abajo, y con vanguardias que aprenden al enseñar y enseñan al aprender, y que hacen del discurso político un discurso pedagógico, y de su enseñar un enseñar con el ejemplo de su conducta.

El que la justicia sea con todos y para todos implica no quedarse en la defensa de los propios derechos e intereses. Ha de recordar lo que dijo Martí: “Patria es humanidad”. Ni yo, ni los míos, ni individualismo, ni clientelismo ni tribalismo antiguo o moderno.

La lucha por la justicia a personas y colectividades replantea los derechos humanos en serio, y no como mero bla-bla-bla. Quien lucha por la Justicia de todos y cada uno tiene que estar conciente de que en esta guerra que vivimos, a la campaña que nuestros enemigos hacen para que predomine el individualismo y el consumismo, --que tanto les sirve para su política de corrupción con represión, y de zanahoria con garrote-- la lucha por la justicia tiene que plantearse como una política que se propone dar término a la sociedad de consumo, a la producción de lujo y de basura y que, al mismo tiempo respeta, como política las grandes obras de arte de nuestros antepasados, sean arqueológicas o históricas, artísticas, científicas o folklóricas.

 Pero entre nuestras prioridades morales y materiales está dar trabajo y con qué trabajar a los despojados, a los excluidos, a los marginados, a los des-regulados, a los inmigrantes y trabajadores informales, sin papeles, a los sin techo, sin pan o tortilla, y en este continente, a los pueblos originarios que todavía sufren las lastras del colonialismo material y mental, así como a los descendientes de los esclavos africanos, que con las injusticias sufren la discriminación de ser africanos.

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Para lograr esas metas forzosamente tenemos que plantear la organización de la vida en torno a los valores de la libertad, la justicia y la democracia materializadas, frente a la falsa y mutilada cantinela de los “derechos humanos” pisoteados por los que hoy dominan de arriba abajo con sus corporaciones y complejos, sus estados, gobiernos y mercados, todos al servicio de la acumulación de su poder, utilidades y riquezas.

La solución de tamaños problemas no se dará por un camino corto ni acostumbrado, más bien obedecerá a una guerra que ya se declaró, como puede comprobarse en todas partes, y en que se combinan como armas principales  la corrupción, la represión, y, cuando es el caso, la negociación. Digo que ya se declaró una guerra mundial no convencional que realmente es guerra, que es mundial, y que se está librando en nuestro país y en todos los países del mundo, sin decir que ya se declaró y que ya lleva tiempo de llevarse a cabo.

Si no la vemos, si no nos percatamos de que existe es porque se trata de una guerra hecha de muchas guerras, y unas se dice que son contra el terrorismo y entre terroristas, otras que de sus atrocidades sólo son culpables los musulmanes –que hoy representan lo que para Hitler fueron los judíos—, otras que son de sectas de musulmanes en que combaten Sunitas contra Chiítas, otras entre unas bandas de narcotraficantes por el extenso dominio de los mercados y así sucesivamente, todas  con motivos variados según el tipo de luchas que pueden distraer la atención de la verdadera lucha de la guerra de recolonización del mundo que de paso encubre los magníficos negocios que con ellas hacen complejos y corporaciones con la venta billonaria de aviones, barcos de guerra, armas de largo y corto alcance, municiones y aprovisionamientos de toda especie incluso ”humanitarios”, así como con inmensos préstamos impagables que ya ni siquiera para el desarrollo desequilibrado sirven, a cuyas colosales ganancias se añaden los despojos de los deudores que se quedan sin ciudad, sin casa, sin tierras, agua, servicios elementales, hospitales, escuelas, médicos y medicinas, vida, con millones de ellos debilitados por hambrunas, pandemias, virus genéticamente modificados como el ébola, entre otros.

Los países metropolitanos, sede de corporaciones y complejos,--, “civilizados y  cristianos”--, desde sus comandos de guerra y mira, juegan con sus computadoras en el diseño de esta guerra de  crueldades y confusiones que creen poder ganar, con muy pocas bajas de sus fuerzas –y ninguna en las más altas y cercanas.

A los muchos recursos económicos que la guerra les reporta ponen toda su atención y ninguna a los sufrimientos que provocan. Son presidentes, gerentes, gobiernos y comandos eficaces y eficientes que maximizan su poder y utilidades, ya sea en esas formas indirectas y confusas, ya con guerras y medidas abiertas que ponen al orden del día lo que Harvey ha llamado “economía por desposesión” y que en realidad es “economía por despojo”, abierto y encubierto, formal e informal, directo y subrogado, con ejércitos de línea y con bandas criminales y sádicas debidamente entrenadas, todas al servicio consciente o inconsciente de complejos y corporaciones que sacan billones y billones de los pobres de la tierra y de los recursos de la Tierra...

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¿A qué seguir? A palabras necias oídos sordos. O como decía aquel presidente norteamericano: “They say. ¿what do they say? ¡Let them say!” (“Dicen, ¿Qué dicen? ¡Que digan!”). Es cierto; más que agotar nuestra atención con críticas a “los señores del poder y del dinero”, tenemos que preguntarnos cuáles son las salidas posibles de este infierno, y cómo podemos hacer posible lo que ahora parece imposible a nivel mundial y en la mayoría de las naciones: construir y crear la libertad, la justicia y la democracia.

La guerra mundial actual no sólo es la que llaman los expertos una guerra de espectro completo es decir, no sólo se lleva a cabo en el terreno militar sino en el económico, el político, el ideológico, el informático, el social y cultural --en todos se da la guerra- pero como si no bastara, la guerra también combina el mundo espectacular y el mundo real, las fuerzas mercenarias de viejo y nuevo tipo con los ejércitos de línea, los escenarios de “guerra de distracción” con los de guerra realmente existente de los opresores contra los oprimidos, de los explotadores contra los explotados.

Para el renovado engaño se usan las computadoras con escenarios de “guerra virtual” y de “guerra real”, de guerras de dominación y acumulación y de “guerras a modo”…

Es cierto, en medio de tanta pericia que hasta asusta, los neoliberales de la globalización no pueden impedir un enorme fracaso: nada menos que no pueden, como querían, ser una gran potencia unipolar, y en los hechos, el Gran Fracaso se manifiesta cuando quieren usar “la política de la zanahoria y el garrote” contra el antiguo imperio ruso, durante un tiempo integrado en la Unión Soviética, y en el que esa política no funciona. En la crisis de Ucrania con su presidente nazi, apoyado por el Bloque Occidental, Rusia no abandona sino abiertamente apoya, en lo político y en lo militar, a la gran población rusa que allí vive, y que ha sido golpeada por el nazi y sus aliados.

Tras todos los castigos de Occidente, Rusia les recuerda, por si lo olvidaron, que es una colosal potencia nuclear, absolutamente temible, y cuyas clases dirigentes muestran la decisión de mantener con sus posesiones, el poder que les da, el inmenso bloque a que cada vez se suman otras naciones, que a más de disponer de armas nucleares y sistemas de lanzamiento altamente temibles y eficaces, cuentan con el poder de sus propias corporaciones y complejos en que a la cultura del manejo empresarial añaden la del manejo estatal. (Y aquí hablo en términos puramente coyunturales y tácticos).

En todo caso, semejante descalabro del proyecto unipolar –que Immanuel Wallernstein anunció- no le quita al Bloque Occidental su inmensa prepotencia ni su gran ceguera. Hasta hoy parece incapaz de ver la lucha que no puede ganar. Está como ofuscado frente a una crisis que ninguno de los dos bloques puede superar… Y esta tesis, lejos de corresponder a falta de conocimientos o “meros deseos” está plenamente comprobada en una “sociedad del desconocimiento” como la del bloque Occidental que dispone de conocimientos notables de que tan orgullosa está, y con fundada razón, mientras al mismo tiempo no quiere ver, ni deja ver los que sin la menor duda implican su condición terminal.

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Voy a enunciar el problema científico más importante en toda la historia pasada y actual, y a terminar con unas observaciones y una pregunta.

Mis observaciones:

1ª. Si esta guerra se está llevando a cabo entre confrontaciones y negociaciones, el objeto de unas y otras es cambiar la correlación de fuerzas en relación con el estado inicial de las fuerzas de dominación y las fuerzas rebeldes, para nosotros emancipadoras. Por todo eso, en el terreno de las negociaciones, la guerra se perderá si la colusión, cooptación y corrupción ganan en ellas.

2ª. La guerra se está librando entre el bloque Occidental y el Bloque Oriental. La guerra se perderá si los del Bloque Occidental logran derrocar a Putin y en su lugar –como un nuevo acuerdo de clase global-- dejan que las fuerzas dominantes de Rusia coloquen a un representante de las corporaciones rusas.

3ª. Si la guerra entre bloques se detiene por un acuerdo globalizador, a muy poco tiempo y aunque se repartan el mundo como se lo repartan, tarde o temprano tendrá que renacer y aumentar la competencia mundial entre uno y otro bloques en necesaria lucha por los mercados y los recursos naturales, lucha que por lo demás ya está ocurriendo.

4ª. Con la alianza de los bloques de complejos y corporaciones seguirá desenfrenadamente la destrucción de la tierra y de sus recursos subterráneos y de la superficie terrestre: marinos, forestales, agrícolas, acuáticos, y de la capa atmosférica que envuelve a la Tierra. Indefectiblemente se probará que la maximización de utilidades y riquezas destruirá la biosfera, es decir, todo lo que hay de vida en la Tierra. Afirmación que nada tiene de catastrofista y que está científicamente comprobada por cientos de científicos del más alto nivel.

5a. Dado el clima creciente de tensiones y ambiciones dominantes, patológicas y venales,  con fomento organizado, subsidiado y entrenado de odios colectivos y de innumerables crueldades, la “Destrucción Mutua asegurada “ que hace años fue doctrina militar oficial es más vigente que nunca. Corresponde a una tesis plenamente válida con el tipo de armamento actual y con los numerosos países que disponen del mismo, que no sólo son muchos sino están inmersos en la cultura del odio…

6a. Necesario y perfectamente posible, es comprobar que las ciencias de los sistemas autorregulados y complejos que se manejan para entender y activar al sistema capitalista tienen una gran fiabilidad y exactitud en el estudio e impulso de numerosos problemas, pero que son totalmente incapaces de entender los problemas  científicos prohibidos por quienes los contratan y mandan, y si los entienden, los grandes estadistas y exitosos banqueros y gerentes de los “complejos militares-empresariales”, los “decision Makers”, es decir quienes toman las decisiones dominantes y soberanas, son totalmente incapaces de aplicarlos.

7ª. Como no solamente vemos que existen claros indicios de la crisis del capitalismo y también de la crisis de la vida humana, y que muchos de ellos o están prohibidos, o son perseguidos, o son desatendidos, o no pueden ser atendidos, consideramos necesario que para enfrentar con la mayor seriedad y libertad científica la defensa de la vida humana y de la vida en la Tierra deben analizar el perfil de una guerra como la actual que se da en varios campos, al mismo tiempo o sucesivamente.

Mirando la historia reciente de las guerras que por todo el mundo y en todos los terrenos y niveles se dan advertimos no sólo cómo han sido sino como serán las luchas y guerras futuras, formales e informales, con fuerzas armadas de línea y muchas otras subrogadas. 

Todas o casi todas las guerras han ocurrido y van a ocurrir entre represiones, corrupciones y negociaciones, y como lo más probable es que así sigan ocurriendo es muy importante tener conciencia de que tras las dos realidades confrontadas se encuentran dos teorías.  Realidades y teorías tienen un carácter histórico y variaciones en la geografía y en la organización de las partes considerables, pero entre variaciones hay fenómenos que muestran repetirse una y otra vez.

Las dos teorías en guerra son entre: UNA: La que corresponde a la teoría crítica y al marxismo clásico que destacan la lucha de clases, es decir la lucha entre los explotadores y los explotados, entre los opresores y los oprimidos…que es la lucha por la libertad, por la justicia, por la democracia, por la autonomía y por la vida. FRENTE A ELLA SE ENCUENTRA: La lucha global neo-liberal y neo-conservadora cuyo “atractor” principal es la maximización de utilidades, poder y riquezas y que para lograr sus metas emplea múltiples recursos entre los que destacan los que rompen el interés general y de la clase que busca liberarse. Fomentando en sus miembros el individualismo con el “yo” frente al “nosotros”, con “el nosotros” frente a “los muchos”, excluyendo a los que sufren la explotación y la opresión como trabajadores informales, como pueblos y países despojados de sus tierras cultivables, de sus energéticos, de la producción de sus alimentos, del agua de sus manantiales, sus ríos y sus lagos…

Tal es la guerra que se ha dado y que se va a dar entre represiones, entre corrupciones y entre negociaciones. Y en las tres formas de guerra, de igual importancia será mantener y fortalecer la moral personal y la moral colectiva, la moral de lucha y la moral de cooperación y de compartición, la moral de servicio público en la defensa, y en la producción, y la moral en el respeto a las personas y sus diferencias…

¡Libertad, Justicia, Democracia!

Oventic, 2015, 6/ mayo /2015

- Pablo González Casanova es Ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ponencia en el Seminario sobre "El pensamiento crítico frente a la Hidra Capitalista" organizado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.


Mas informacion: http://alainet.org

Te invitamos a sostener el trabajo de ALAI. 
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Agencia Latinoamericana de Informacion

La Silla Caribe, una apuesta periodística de La Silla Vacía para la región

Estimados amigos y amigas:

Esta semana se lanzó La Silla Caribe, una apuesta periodística de La Silla Vacía para la región, que promete mantener la independencia y la libertad que ha caracterizado a este portal especializado en el poder en todas sus presentaciones.

Los invito a conocerla en http://lasillavacia.com/silla-caribe y a hacer parte de la red.

Les comparto igualmente mi primer aporte a este medio, con la invitación a leerlo, comentarlo, compartirlo:


Saludos,

Gina Ruz Rojas
Investigadora y Gestora Cultural
Instagram: @Cosmopueblita
Cartagena de Indias - Colombia

domingo, 3 de mayo de 2015

La dignidad del trabajo Eduardo Galeano · · · · ·

La dignidad del trabajo
Eduardo Galeano · · · · ·
 
26/04/15
 

Texto leído en la sesión magistral de clausura de la VI Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales, llevada a cabo del 6 al 9 de noviembre de 2012 en la Ciudad de MéxicoPara recordar al recientemente fallecido escritor, integérrimamente comprometido con las buenas causas de todos los pueblos del mundo. Y para celebrar el próximo Primero de Mayo, día internacional de los trabajadores..

No se asusten, empezaré diciendo “seré breve”, pero esta vez es verdad. Y es verdad porque yo estoy empeñado en una inútil campaña contra la “inflación palabraria” en América Latina, que yo creo que es más jodida, más peligrosa que la inflación monetaria, pero se cultiva con más frecuencia. Y porque además lo que voy a hacer es leer para ustedes un mosaico de textos breves previamente publicados en revistas, periódicos, libros. Pero no reunidos como ahora en una sola ocasión, reunidos en torno a una pregunta que me ocupa y me preocupa como –estoy seguro– a todos ustedes, que es la pregunta siguiente: ¿los derechos de los trabajadores son ahora un tema para arqueólogos? ¿Sólo para arqueólogos? ¿Una memoria perdida de tiempos idos? Este en un mosaico armado con textos diversos que se refieren todos –sin querer queriendo, yendo y viniendo entre el pasado y el presente– a esta pregunta más que nunca actualizada: ¿“Los derechos de los trabajadores” es un tema para arqueólogos? Más que nunca actualizada en estos tiempos de crisis, en los que más que nunca los derechos están siendo despedazados por el huracán feroz que se lleva todo por delante, que castiga el trabajo y en cambio recompensa la especulación, y está arrojando al tacho de la basura más de dos siglos de conquistas obreras.

La tarántula universal

Ocurrió en Chicago en 1886. El 1º de mayo, cuando la huelga obrera paralizó Chicago y otras ciudades, el diario Philadelphia Tribune diagnosticó: “El elemento laboral ha sido picado por una especie de tarántula universal y se ha vuelto loco de remate”. Locos de remate estaban los obreros que luchaban por la jornada de trabajo de ocho horas y por el derecho a la organización sindical. Al año siguiente, cuatro dirigentes obreros, acusados de asesinato, fueron sentenciados sin pruebas en un juicio mamarracho. Se llamaban George Engel, Adolph Fischer, Albert Parsons y Auguste Spies; marcharon  a la horca mientras el quinto condenado (Louis Lingg) se había volado la cabeza en su celda.

Cada 1º de mayo el mundo entero los recuerda.

Dicho sea de paso, les cuento que estuve en Chicago hace unos siete u ocho años, y les pedí a mis amigos que me llevaran al lugar donde todo esto había ocurrido, y no lo conocían. Entonces me di cuenta de que en realidad esto, esta ceremonia universal – la única fiesta de veras universal que existe –, en Estados Unidos no se celebraba; o sea, era en ese momento  el único país del mundo donde el 1 de mayo no era el Día de los Trabajadores. En estos últimos tiempos eso ha cambiado, recibí hace poco una carta muy jubilosa de estos mismos amigos contándome que ahora había en ese lugar un monolito que recordaba a estos héroes del sindicalismo, que las cosas habían cambiado y que se había hecho una manifestación de cerca de un millón de personas en su memoria por primera vez en la historia. Y la carta terminaba diciendo: “Ellos te saludan”.

Cada 1º de mayo el mundo recuerda a esos mártires, y con el paso del tiempo las convenciones internacionales, las constituciones y las leyes les han dado la razón. Sin embargo, las empresas más exitosas siguen sin enterarse. Prohíben los sindicatos obreros y miden las jornadas de trabajo con aquellos relojes derretidos de Salvador Dalí.

Una enfermedad llamada "trabajo"

En 1714 murió Bernardino Ramazzini. Él era un médico raro, un médico rarísimo, que empezaba preguntando: “¿En qué trabaja usted?”. A nadie se le había ocurrido que eso podía tener alguna importancia. Su experiencia le permitió escribir el primerTratado de Medicina del Trabajo, donde describió – una por una – las enfermedades frecuentes en más de cincuenta oficios. Y comprobó que había pocas esperanzas de curación para los obreros que comían hambre, sin sol y sin descanso, en talleres cerrados, irrespirables y mugrientos. Mientras Ramazzini moría en Padua, en Londres nacía Percivall Pott. Siguiendo las huellas del maestro italiano, este médico inglés investigó la vida y la muerte de los obreros pobres. Y entre otros hallazgos, Pott descubrió por qué era tan breve la vida de los niños deshollinadores. Los niños se deslizaban desnudos por las chimeneas, de casa en casa, y en su difícil tarea de limpieza respiraban mucho hollín.

El hollín era su verdugo.

Desechables

Más de 90 millones de clientes acuden, cada semana, a las tiendas Walmart. Sus más de 900 mil empleados tienen prohibida la afiliación a cualquier sindicato. Cuando a alguno se le ocurre la idea, pasa a ser un desempleado más. La exitosa empresa niega sin disimulo uno de los derechos humanos proclamados por las Naciones Unidas: la libertad de asociación. Y más, el fundador de Walmart, Sam Walton, recibió en 1992 la Medalla de la Libertad, una de las más altas condecoraciones de los Estados Unidos.

Uno de cada cuatro adultos norteamericanos y nueve de cada diez niños engullen en McDonald’s la comida plástica que los engorda. Los trabajadores de McDonald’s son tan desechables como la comida que sirven. Los pica la misma máquina. Tampoco ellos tienen el derecho de sindicalizarse.

En Malasia, donde los sindicatos obreros todavía existen y actúan, las empresas Intel, Motorola, Texas Instruments y Hewlett-Packard lograron evitar esa molestia. El gobierno de Malasia declaró union free (libre de sindicatos) el sector electrónico. Tampoco tenían ninguna posibilidad de agremiarse las 190 obreras que murieron quemadas vivas en Tailandia en 1993, en el galpón trancado por fuera donde fabricaban los muñecos de Sesame Street, Bart Simpson, la familia Simpson y los Muppets.

En sus campañas electorales del año 2000, los candidatos Bush y Gore coincidieron en la necesidad de seguir imponiendo en el mundo  el modelo norteamericano  de relaciones laborales. “Nuestro estilo de trabajo” – como ambos lo llamaron – es el que está marcando el paso de la globalización que avanza con botas de siete leguas y entra hasta en los más remotos rincones del planeta.

La tecnología, que ha abolido las distancias, permite ahora que un obrero de Nike en Indonesia tenga que trabajar 100 mil años para ganar lo que gana en un año – 100 mil años para ganar lo que gana en un año – un trabajador de su empresa en los Estados Unidos. Es la continuación de la época colonial, en una escala jamás conocida. Los pobres del mundo siguen cumpliendo su función tradicional: proporcionan brazos baratos y productos baratos, aunque ahora produzcan muñecos, zapatos deportivos, computadoras  o instrumentos  de alta tecnología, además de producir como antes caucho, arroz, café, azúcar y otras cosas malditas por el mercado mundial.

Desde 1919 se han firmado 183 convenios internacionales que regulan las relaciones de trabajo en el mundo.  Según la Organización Internacional del Trabajo, de esos 183 acuerdos Francia ratificó 115, Noruega 106, Alemania 76 y los Estados Unidos… 14. El país que encabeza el proceso de globalización sólo obedece sus propias órdenes. Así garantiza suficiente impunidad a sus grandes corporaciones, lanzadas a la cacería de mano de obra barata y a la conquista de territorios que las industrias sucias pueden contaminar  a su antojo. Paradójicamente, este país que no reconoce más ley que la ley del trabajo… no reconoce más ley que la ley del trabajo fuera de la ley, es el que dice que ahora no habrá más remedio que incluir cláusulas sociales y de protección ambiental en los Acuerdos de Libre Comercio. ¿Qué sería de la realidad, no? ¿Qué sería de ella sin la publicidad que la enmascara? Estas cláusulas son meros impuestos que el vicio paga a la virtud con cargo al rubro “relaciones públicas”, pero la sola mención de los derechos obreros pone los pelos de punta a los más fervorosos partidarios, abogados, del salario de hambre, el horario de goma y el despido libre.
Desde que Ernesto Zedillo dejó la Presidencia de México, pasó a integrar los directorios de la Union Pacific Corporation y del consorcio Procter & Gamble, que opera en 140 países, y además encabeza una comisión de las Naciones Unidas y difunde sus pensamientos en la revista Forbes. En idioma “tecnocratés”, se indigna contra lo que llama “la imposición de estándares homogéneos en los nuevos acuerdos comerciales”; traducido, eso significa “olvidemos de una buena vez toda la legislación internacional que todavía protege más o menos, menos que más, a los trabajadores”. El presidente jubilado cobra por predicar la esclavitud, pero el principal director ejecutivo de General Electric lo dice más claro: “Para competir hay que exprimir los limones”, y no es necesario aclarar que él no trabaja de limón en el reality show del mundo de nuestro tiempo. Ante las denuncias y las protestas, las empresas se lavan las manos y “yo no fui, yo no fui”.

En la industria posmoderna el trabajo ya no está concentrado, así es en todas partes, y no sólo en la actividad privada. Los contratistas fabrican las tres cuartas partes de los autos de Toyota; de cada cinco obreros de Volkswagen en Brasil, sólo uno es empleado de la empresa; de los 81 obreros de Petrobras muertos en accidentes de trabajo a fines del siglo XX, 66 estaban al servicio de contratistas que no cumplen las normas de seguridad.

A través de 300 empresas contratistas, China produce la mitad de todas las muñecas Barbie para las niñas del mundo. En China sí hay sindicatos, pero obedecen a un Estado que en nombre del socialismo se ocupa de la disciplina de la mano de obra. “Nosotros combatimos la agitación obrera y la inestabilidad social para asegurar un clima favorable a los inversores”, explicó Bo Xilai, alto dirigente del Partido Comunista Chino.

El poder económico está más monopolizado que nunca, pero los países y las personas compiten en lo que pueden, a ver quién ofrece más a cambio de menos, a ver quién trabaja el doble a cambio de la mitad. A la vera del camino están quedando los restos de las conquistas arrancadas por tantos años de dolor y de lucha.

Las plantas maquiladoras de México, Centroamérica y el Caribe, que por algo se llaman sweatshops (“talleres del sudor”), crecen a un ritmo mucho más acelerado que la industria en su conjunto. Ocho de cada diez nuevos empleos en la Argentina están en negro, sin ninguna protección legal; nueve de cada diez nuevos empleos en toda América Latina corresponden al llamado “sector informal”, un eufemismo para decir que los trabajadores están librados a la buena de Dios. ¿La estabilidad laboral y los demás derechos de los trabajadores serán de aquí a poco un tema para arqueólogos? ¿No más que recuerdos de una especie extinguida?

En el mundo del revés, la libertad oprime. La libertad del dinero exige trabajadores presos, presos de la cárcel del miedo, que es la más cárcel de todas las cárceles. El Dios del mercado amenaza y castiga, y bien lo sabe cualquier trabajador en cualquier lugar. El miedo al desempleo que sirve a los empleadores para reducir sus costos de mano de obra y multiplicar la productividad, eso hoy por hoy es la fuente de angustia más universal de todas las angustias.

¿Quién está a salvo del pánico, de ser arrojado a las largas colas de los que buscan trabajo? ¿Quién no teme convertirse en un obstáculo interno, para decirlo con las palabras del presidente de la Coca-Cola, que explicó el despido de miles de trabajadores diciendo que “hemos eliminado los obstáculos internos”? Y en tren de preguntas, la última: ante la globalización del dinero, que divide el mundo en domadores y domados, ¿se podrá internacionalizar la lucha por la dignidad del trabajo? Menudo desafío.

Un raro acto de cordura

En 1998, Francia dictó la ley que a 35 horas semanales el horario de trabajo. Trabajar menos, vivir más. Tomás Moro había soñado en su Utopía pero hubo que esperar cinco siglos para que por fin una nación se atreviera a cometer semejante acto de sentido común. Al fin y al cabo, ¿para qué sirven las máquinas si no es para reducir el tiempo de trabajo y ampliar nuestros espacios de libertad? ¿Por qué el progreso tecnológico tiene que regalarnos desempleo y angustia? Por una vez, al menos, hubo un país que se atrevió a desafiar tanta sinrazón. Pero, pero… poco duró la cordura. La ley de las 35 horas murió a los diez años.

Este inseguro mundo

Hoy, vale la pena advertir que no hay en el mundo nada más inseguro que el trabajo. Cada vez son más y más los trabajadores que despiertan cada día preguntando:  “¿Cuántos  sobraremos, quién me comprará?”. Muchos pierden el trabajo, y muchos pierden, trabajando, también la vida. Cada 15 segundos muere un obrero asesinado por eso que llaman “accidentes de trabajo”.

La inseguridad pública es el tema preferido de los políticos, que desatan la histeria colectiva en cada elección. “¡Peligro, peligro – proclaman – en cada esquina acecha un ladrón, un violador, un asesino!”. Pero esos políticos jamás denuncian que trabajar es peligroso. Y es peligroso cruzar la calle, porque cada 25 segundos muere un peatón asesinado por eso que llaman “accidentes de tránsito”. Y es peligroso comer, porque quien está a salvo del hambre puede sucumbir envenenado por la comida química. Y es peligroso respirar, porque en las ciudades, en las grandes ciudades, el aire es… el aire puro es como el silencio: un artículo de lujo. Y también es peligroso nacer, porque cada 3 segundos muere un niño que no ha llegado vivo a los cinco años de edad.

Una historia real para acabar (se me fue la mano con las teorías), un par de cosas que tengan más que ver con la realidad de carne y hueso, como la historia de Maruja. El 30 de marzo, Día del Servicio Doméstico, no viene mal contar la breve historia de una trabajadora de uno de los oficios más ninguneados del mundo.  Maruja no tenía edad. De sus años de antes, nada decía; de sus años de después, nada esperaba. No era linda ni fea ni más o menos, caminaba arrastrando los pies, empuñando el plumero o la escoba o el cucharón. Despierta, hundía la cabeza entre los hombros. Dormida, hundía la cabeza entre las rodillas. Cuando le hablaban, miraba al suelo, como quien cuenta hormigas. Había trabajado en casas ajenas desde que tenía memoria. Nunca había salido de la ciudad de Lima, nunca. Mucho trajinó de casa en casa, y en ninguna se hallaba. Por fin, por fin, encontró un lugar donde fue tratada como si fuera persona. A los pocos días, se fue.

Se estaba encariñando.

Desaparecidos

Agosto 30, Día de los Desaparecidos. Los muertos sin tumba, las tumbas sin nombre, las mujeres y los hombres que el terror tragó, los bebés que son o han sido botín de guerra, y también los bosques nativos, las estrellas en la noche de las ciudades, el aroma de las flores, el sabor de las frutas, las cartas escritas a mano, los viejos cafés donde había tiempo para perder el tiempo, el fútbol de la calle, el derecho a caminar, el derecho a respirar, los empleos seguros, las jubilaciones seguras, las casas sin rejas, las puertas sin cerradura, el sentido comunitario y el sentido común.

El origen del mundo 

Hacía pocos años que había terminado la Guerra Española, y la cruz y la espada reinaban sobre las ruinas de la República. Uno de los vencidos, un obrero anarquista recién salido de la cárcel, buscaba trabajo. En vano revolvía cielo y tierra. No había trabajo para un rojo. Todos le ponían mala cara, se encogían de hombros, le daban la espalda, con nadie se entendía, nadie lo escuchaba. El vino era el único amigo que le quedaba.

Por las noches, ante los platos vacíos, soportaba sin decir nada los reproches de su esposa beata, mujer de misa diaria, mientras el hijo, un niño pequeño, le recitaba el catecismo. Mucho tiempo después, Josep Verdura, el hijo de aquel obrero maldito, me lo contó. Me contó esta historia. Me lo contó en Barcelona, cuando yo llegué al exilio, me lo contó: él era un niño desesperado que quería salvar a su padre de la condenación eterna, pero el muy ateo, el muy tozudo, no entendía razones. “Pero, papá – le preguntó Josep, llorando –, pero, papá… si Dios no existe, ¿quién hizo el mundo?”. Y el obrero, cabizbajo, casi en secreto, dijo: “¡Tonto, tonto! ¡Al mundo lo hicimos nosotros, los albañiles!”.— En Ciudad de México, el viernes 9 de noviembre de 2012